Vivir en un medio ambiente limpio, sostenible y sin riesgos es un derecho humano. Así lo ha aprobado una resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que afirma que su carencia afecta a otros derechos como la salud o la vida.

El principal impulsor de esta decisión fue Costa Rica, que afirma la relación del derecho a un medio limpio y sostenible con otros derechos ya reconocidos de aplicación universal. Esta resolución impulsa a los países a crear capacidades para favorecer la protección del medio ambiente.

En este sentido, la delegación de Costa Rica afirmó que hablar de crisis climática equivale a hablar de derechos humanos, y que asumir esta relación es el paso principal para proteger al planeta.

Más de cuarenta países, entre los que se encuentran Chile, Ecuador, Uruguay y España, se presentaron como copatrocinadores de la resolución. En este sentido, Uruguay afirmó la evidencia de que la degradación del medio ambiente y el cambio climático amenazan el derecho a la vida, provocando la muerte prematura de siete millones de personas cada año.

Por su parte, Rusia planteó diversas enmiendas para debilitar el alcance de la resolución y presentó varios cambios al proyecto porque, en su opinión, habitar un ambiente sano es un derecho que no incumbe al Consejo de Derechos Humanos; sin embargo, sus propuestas fueron rechazadas.

A pesar de sus objeciones, Rusia se abstuvo en la votación, del mismo modo que lo hicieron China, Japón e India, por lo que la resolución fue aprobada sin votos en contra.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU también aprobó la creación del cargo de relator sobre derechos humanos y cambio climático, para proteger las libertades fundamentales frente a la crisis desencadenada por el calentamiento global.