Tenemos el mundo en la palma de la mano. Vivimos a un clic de satisfacer nuestra curiosidad sobre cualquier tema, y tanta inmediatez no nos cuesta a todos igual. No solo hablamos de dinero, estar conectados ha roto esas tertulias en las que discutíamos con amigos una fecha, la participación de un actor en una película, o si existían o no los gamusinos. Ahora todo se resuelve en segundos y asumimos que en las reuniones con amigos hay minutos en los que nadie escucha a nadie. Solo por esto, por la pérdida de diálogos presenciales, ya estamos pagando muy cara la conectividad, pero ¿cuesta lo mismo navegar en España, Irán o Burkina Faso?
La web británica de informes tecnológicos Hexus nos muestra la disparidad mundial del precio de banda ancha y analiza el precio mensual en 196 países. En el informe señalan a la República islámica de Irán como el país con conectividad más barata, en el que pagan una media de 4,71 euros, mientras que el de conectividad con precio más alto, Burkina Faso, en el continente africano, se dispara con 837,57 euros. Es evidente que mantenerse informados no cuesta lo mismo para todos.
Un vistazo por nuestro continente nos da un coste medio similar entre los países. Los más económicos de Europa son Italia, Alemania, Dinamarca y Francia, con una media que oscila entre los 30 y los 35 euros. La conexión en América del Norte no es económica, en Estados Unidos no baja de los 58 euros. Y en Australia deben abonar 53 euros para vivir en plena conexión. Los precios se mueven a una velocidad superior a internet, y muchos países avanzan cada mes en velocidad de conexión y sus tarifas varían. En el informe elaborado por la Comisión Europea en 2017 los datos que nos ofrecen son bien diferentes a los de Hexus. En su estudio recogen como los países europeos con conexión más asequible son Polonia, Italia y Austria.
¿Cuánto pagamos en España? No aparecemos entre los países más baratos en ninguno de los informes de los últimos años. Según el estudio de la Comisión Europea hecho público en mayo de 2018, España sigue formando parte del grupo de países de la UE con los precios más altos de banda ancha fija, situándose en el puesto 22 de 28 en esta categoría.
La competitividad entre las diferentes operadoras que ofrecen conexión en nuestro país hace que los precios oscilen campaña a campaña. La fibra óptica en España está en la tabla más alta de precio respecto a sus vecinos europeos. Resulta preocupante cuando el escenario es con 10 o 20 gigas para navegar, dónde salimos por lo alto de la media de la tabla europea. Mientras que en la UE por 10 gigas la media es de 21,77 euros, en España pagamos 33,55. En el caso de 20 gigas la cifra es astronómica: la media de la UE es de 33,12 y nosotros abonamos 50, 32.
Hoy no concebimos un dispositivo sin acceso a internet, el sistema de comunicación global más importante del planeta, pero pagamos un precio muy alto por tener la información al alcance de las yemas de los dedos.