¡Cuántas cosas estamos aprendiendo durante la mayor emergencia sanitaria de las últimas décadas! Hemos tenido que confinarnos, mantener las distancias, estudiar sin ir físicamente a clase, relacionarnos en pantallas llenas de cuadraditos con bustos parlantes… por no hablar de los esfuerzos que hemos hecho (y estamos haciendo) para gestionar la ansiedad, la ausencia de los más queridos o las relaciones familiares. Ahora, a punto de entrar todos en la denominada ‘nueva normalidad’, es importante saber ‘desengancharse’ de los malos hábitos, sobre todo aquellos que nos han vinculado, como siameses, a las pantallas de ordenador, tableta y smartphone. Y si lo hacemos en familia, mucho mejor.
Se habla de las teoría de los 21 días, ese tiempo en el que consolidamos un hábito o una costumbre por mor de repetir una acción jornada tras jornada. Solo tenemos que imaginar los tics que se nos habrán quedado después de 90 días de estado de alarma. ¿Qué hábitos tecnológicos habremos incorporado tras tres meses encerrados? Está claro que las pantallas las hemos usado sin parar para casi todo y ahora toca ‘desengancharse’. Nos ha pasado con el teletrabajo, que ya forma parte de la nueva realidad. Hemos convertido nuestras casas y oficinas, espacio de reunión y videoconferencia, y hemos tenido que acudir al détox digital. Ahora tenemos la oportunidad de hacer una desescalada digital en familia. Nos costará menos.
PantallasAmigas, organización nacida en 2004 con la idea de promocionar el uso seguro y saludable de internet y de las nuevas tecnologías, y Twitter promueven una campaña que invita a revisar los hábitos de sobreuso de internet, redes sociales, teléfonos móviles y videojuegos que hemos tenido durante el confinamiento. Y todo en 6 sencillos pasos:
- Obsérvate. Identifica qué cosas haces con el móvil, las redes sociales o los videojuegos que antes del confinamiento no hacías. Sí, antes no llevabas agarrado el teléfono por toda la casa, no te lo ponías junto a la almohada ni enchufabas los videojuegos tan tarde por la noche.
- Conoce bien tus nuevas rutinas. Trata de saber cuándo, cómo y hasta dónde las has incorporado. Está bien que te hayas acostumbrado a ver a tus amigos a través de una pantalla en reuniones grupales pero acuérdate que son reales. Quizás en la desescalada puedes llamarles por teléfono o ir a verles sin saltarte las normas de distancia.
- Establece objetivos. Fija de forma realista pero ambiciosa la nueva situación deseada tras el proceso de desescalada. En la ‘desintoxicación’ digital puede ser bueno que te pongas tiempos de uso de las redes sociales, e incluso que decidas poner el teléfono en silencio antes de lo normal.
- Ayúdate de una estrategia. Cambia costumbres, pon en práctica trucos que te alejan de la pantalla y mide los avances. Un ejemplo, desactiva notificaciones o deja el smartphone fuera del alcance de la vista durante un rato.
- Comparte tu propósito. Haz partícipe a tu entorno de tu voluntad en cambiar ciertos hábitos y pídeles colaboración y comprensión. Es sencillo, si empiezas tú y lo compartes con los demás miembros de la familia, el efecto contagio puede funcionar.
- Revisa tu plan. Periódicamente mide los avances, identifica y cambia lo que no va bien, reajusta las metas y prémiate por los logros. Si el confinamiento nos ha ayudado a replantearnos algunas formas de comportarnos, hacer un uso más saludable de las tecnologías conlleva una recompensa personal. En unos pocos días no te darás cuenta, cuando lleves al menos 21 días, verá qué bien.