El crecimiento de ventas de teléfonos móviles podría haber llegado a su límite. Y no es porque vayamos a dejar de usarlos. Después de unos años de subidas desorbitadas, los aparatos no tienen mucho más que ofrecer y casi todos los smartphones disponen de características similares. Versiones X, Z, 10,12, 15… Lo cierto es que no hay demasiadas diferencias entre ellos.
Las cifras lo confirman. La venta de smartphones, que había empezado muy bien durante la primera mitad de 2021, ha quedado al final lastrada debido a las malas cifras del cuarto trimestre, especialmente en Europa. La consultora Strategy Analytics cifra en 1.346 millones los smartphones vendidos durante todo 2021, mientras que para Counterpoint se colocaron en el canal 1.391 millones de unidades.
Si echamos la vista atrás al año 2017, entonces se superaron ligeramente los 1.500 millones de smartphones despachados, un listón que posteriormente ha ido sucesivamente a la baja. En 2018 se vendieron alrededor de 1.430 millones de unidades, el 5 % menos, para un año después alcanzar los 1.480 millones, con un aumento del 3,3%. 2020, con la pandemia, fue un año muy duro para este mercado.
El boom de los smartphones se ha apagado un poco. La saturación y la falta de innovación real es lo que ha provocado un descenso de las ventas durante los últimos años. Es lo que se conoce como smartphone peak, un pico que, dependiendo de cómo vayan los próximos años, veremos si ya hemos alcanzado o si estamos aún por alcanzar, pero con una bajada posterior.
Porque lo cierto es que todos los teléfonos nos proporcionan, en una gama de precios muy asequibles, casi las mismas cosas. Las marcas han competido entre sí para ofrecernos el más fino, el de la mayor pantalla, el de la cámara con mayor calidad o el de mayor memoria. En realidad, ya tenemos en nuestros dispositivos todo lo que necesitamos, y sin necesidad de hacer grandes inversiones económicas.
Durante los últimos años las compañías se han centrado en llamar nuestra atención con los accesorios. Los relojes inteligentes ya han copado el mercado. Los auriculares, por ejemplo, se han hecho cada vez más sofisticados, llegando a alcanzar los 400 euros, prácticamente lo mismo que muchos de los móviles que están en el mercado.
Pero ya ni siquiera este mercado de los accesorios ha ido mucho más lejos y, además, los fabricantes han puesto a la venta dispositivos móviles con una vida mucho más larga de la que tenían hace unos años, es decir, resisten mucho mejor el paso del tiempo y ya no tenemos tanta necesidad de renovarlos. Las baterías eran uno de los puntos débiles de nuestros smartphones y tal vez el motivo más habitual por el que solíamos cambiar de teléfono hace unos años. Sin embargo, la tecnología ha mejorado en este sentido y las baterías tienen ya una duración mucho más larga.
Por otro lado, el Comité de Protección del Consumidor y Mercado Interior (IMCO) del Parlamento Europeo ha votado esta semana a favor de obligar a todos los fabricantes tecnológicos a poner en el mercado el mismo cargador, un cargador universal que reduzca los desechos electrónicos. La apuesta es por el tipo USB-C para todos los dispositivos (tabletas, smartphones, cámaras digitales, auriculares, consolas, etc.). Apple es el principal gigante que se opone a esta unificación. El próximo 22 de mayo el Parlamento Europeo votará en una sesión decisiva.