La creencia de que si algo está en internet entonces es ‘de uso libre’ (sin copyright), o que ‘como se puede descargar puede ser usado’ se basa en una premisa falsa. El hecho de que algo se pueda hacer no implica que sea legal hacerlo. Por defecto, no se puede usar material ajeno sin pedir permiso.

La facilidad de copiar y pegar ha hecho que nos olvidemos de pedir permiso, aunque licencias como las Creative Commons han ayudado a pre-conceder dicho permiso. ¿Puedo usar una fotografía que haya encontrado en internet? Pues depende de su licencia. Veamos cómo funcionan.

Si no dice nada de la licencia, no se puede usar

Por defecto, cuando no se tiene información sobre la licencia de uso de un archivo, ese archivo no puede ser usado para nada. Nadie podrá impedir su descarga para uso ‘interno’ (para conservarlo o compartirlo por redes privadas con amigos o familiares), pero eso no significa que se tenga derecho legal a hacerlo. Las leyes de copyright son bastante estrictas al respecto.

Si no hay forma de identificar la licencia, habrá que entender que la imagen, canción, vídeo, texto y archivo en general está protegido por leyes de protección de propiedad intelectual que no se puede copiar o reproducir. ¿El motivo? No es nuestro y no se nos ha dado permiso. Al igual que no se usa un objeto físico ajeno, no se usa un objeto virtual ajeno. Aunque, como se verá más adelante, hay formas de dar permiso que facilitan mucho todo esto.

En el caso de que la imagen o archivo en cuestión indique que el contenido está registrado o protegido con símbolos como © o una marca de agua, entonces no hay duda ninguna: el autor y/o dueño está diciendo de forma explícita que no permite su copia y distribución. Lo que a veces implica que tampoco está a la venta. Que algo esté protegido no quiere decir que pueda comprarse.

Así ayudan las licencias Creative Commons

Para evitar que las personas pregunten continuamente a los creadores o dueños de determinado contenido cuestiones del tipo ‘¿Puedo usar tu fotografía en mi Twitter?’ o ‘¿Me dejas usar la canción en mi vídeo?’, además del copyright —que prohíbe todo uso por defecto— hay etiquetas Creative Commons que permiten algunos usos y especifican la prohibición de otros. Básicamente hay cuatro módulos de condiciones:

  • BY. Obliga a atribuir la autoría del trabajo y dar luz al autor o la autora. No se podrá compartir sin mencionar a esta persona. A menudo se dan instrucciones específicas para la mención, como el uso de términos concretos o enlaces.
  • SA. Obliga a una obra creada a partir de otra a conservar la licencia que tenía la primera. Si alguien usa una imagen con ‘NC’ para confeccionar otra, esa otra ha de tener también licencia ‘NC’.
  • NC. Licencia no comercial, imposibilita usar el archivo con fines comerciales. La imagen no se podrá usar en libros, carátulas de discos o carteles, por ejemplo.
  • ND. Queda prohibido modificar la obra de cualquier manera. Se ha de compartir en su forma original, lo que suele incluir firmas por parte de la persona que la creó.

Usando estos conceptos, existen seis licencias CC, más una de copyright y otra de dominio público.

Licencia CC0 y bancos de imágenes

Si en la imagen o archivo en cuestión no va acompañada de una licencia, esta será por defecto la más restrictiva: la de copyright. Por contra, existen imágenes que se pueden usar para cualquier asunto (se entiende, lícito), compartidas bajo licencia Creative Commons Zero, también conocida como CC0 1.0 Universal, Etiqueta de Dominio Público o Contenido Libre.

'Bosque Vertical' muestra dos jardines verticales ubicados en Roma
'Bosque Vertical' muestra dos jardines verticales ubicados en Roma | Gábor Molnár

La imagen superior, que muestra el edificio ‘Bosque Vertical’ de Milán, es un buen ejemplo de obra con licencia CC0. El autor, Gábor Molnár, la subió a la plataforma Unsplash y la ha liberado a la humanidad para cualquier fin. Si mencionamos su nombre o enlazamos su publicación original es por una cuestión de educación, pero no porque sea obligatorio. No lo es.

Por otro lado, encontramos los bancos de imágenes. Unsplash, Pixabay o Freepik son algunos de los portales más conocidos y fiables para descargar imágenes de alta calidad a coste cero, más allá de atribuir la autoría en algunos casos en que aparece especificado. Otra forma de localizar imágenes reutilizables, esta vez en Google, es pulsar sobre ‘Herramientas’ y seleccionar en ‘Derechos de uso’ las ‘Licencias Creative Commons’.

Además de estos bancos, existen otros como iStock, Shutterstock o GettyImages que venden imágenes de alta calidad a muy poco coste. Cada uno de estos portales dispone de diferentes licencias de uso para sus colecciones. Estas licencias marcan límites de uso y casi todas exigen atribución.