Muchos medios internacionales marcan distancia respecto a ChatGPT. Las redacciones internacionales están bloqueando sus contenidos a la herramienta de inteligencia artificial para que esta no pueda alimentarse de sus noticias. La decisión se basa en la creciente preocupación por el uso no autorizado de los contenidos, que estaría convirtiendo a la IA en competencia directa en términos de redacción, entrenando a sus algoritmos con su información, sin remuneración alguna por el trabajo periodístico realizado.

The Guardian es el último en anunciar el bloqueo del bot de ChatGPT para proteger la propiedad intelectual del periódico británico. De esta manera, se suma a los anglosajones The New York Times, CNN, Reuters, Bloomberg y a los franceses RFI, Radio France, TF1, France 24 y Mediapart, que han aplicado ya esta restricción.

Hace algunas semanas, The New York Times anunció que podría demandar a OpenAI por la propiedad intelectual de los contenidos que alimentan a sus herramientas. Tras complejas negociaciones para llegar a un acuerdo de licencia entre ambas partes, las conversaciones infructuosas han llevado al medio estadounidense a plantearse lo que sería la “pelea legal de mayor perfil sobre la protección de los derechos de autor en la era de la inteligencia artificial generativa”, según NPR.

De hecho, el problema iría más allá del sector de la información.. Según Originality.ai, casi un 10 % de las webs más importantes del mundo bloquearon el acceso de GPTBot a sus contenidos en las primeras dos semanas, entre ellas Amazon.com, Wikihow.com y Shutterstock.com. La herramienta que detecta plagios especula que la cifra aumentará en un 5 % semanal.

El rechazo al bot de OpenAI podría tener consecuencias para la alimentación de datos de ChatGPT. Los grandes modelos de lenguaje (LLM), como este, dependen de enormes cantidades de datos para poder entrenar y entregar respuestas coherentes a los usuarios. El acceso a la información se logra a través de la recopilación de artículos o contenido disponible en internet. De esta manera, los algoritmos aprenden a predecir palabras, construir oraciones e incluso mantener conversaciones con los usuarios.

La problemática radica en que las grandes empresas que desarrollan estas herramientas no consideran los derechos de autor a la hora de entrenar a la IA, transgrediendo los límites de la autoría y abriendo un nuevo debate sobre la propiedad intelectual en la era de la inteligencia artificial.

Para hacer frente al problema, en agosto de este año diversos medios de comunicación, entre ellos AFP, Associated Press y USA Today publicaron una carta abierta que hace un llamado de atención a las empresas desarrolladoras de IA y exige pedir permiso para utilizar artículos o imágenes a la hora de generar contenidos con sus herramientas.

Mientras, la preocupación por el uso de contenido por parte de OpenAI aumenta.Dos escritores británicos han demandado a la compañíay la industria creativa exige protección de la propiedad intelectual para hacer frente a esta nueva era.

A pesar de permitir bloquear su nuevo bot, OpenAI no ofrece una alternativa para eliminar el contenido que ya forma parte de los datos de entrenamiento existentes.