La cantante estadounidense Dolly Parton lanzaba un reto viral el pasado 21 de enero. La estrella del country, con millones de seguidores también en redes sociales, publicaba una imagen que contenía cuatro fotografías, cada una de ellas con el nombre de cada una de las plataformas en las que está presente.
En la de Linkedin, Dolly Parton aparece ataviada con una chaqueta abotonada y una camisa con chorreras y el pelo bien recogido, en plan mujer de negocios. En la de Facebook, la cantante se presenta con un estilo más relajado y familiar, vestida con un jersey navideño y el pelo suelto. En la de Instagram, Parton utiliza una fotografía en blanco y negro, de hace unos cuantos años, con vaqueros y pierna en alto, apoyada sobre una guitarra. En la de Tinder, la cantante es una conejita Playboy. El texto que acompañaba las instantáneas: Una mujer que puede llegar a todo (y el emoticono de un guiño)
El post, publicado en Instagram, ha alcanzado ya más de un millón de likes y miles de comentarios. Actrices como Jennifer Garner, actores como Mark Hamill o Will Smith, humoristas como Ellen DeGeneres o Conan O’Brien, cantantes como Alejandro Sanz y modelos como Naomi Campbell han compartido sus fotografías, en las que ofrecen cuatro versiones de sí mismos en función de la red social de la que se trate.
Como dice la revista Wired, ya nadie es sólo un individuo y nada más. En los primeros tiempos de Internet, la gente presumía del anonimato que propiciaba pero, con la irrupción de las redes sociales hace unos años, los usuarios adoptan una identidad o una pose, a menudo casi sin darse cuenta, en función del foro en el que se mueva.
Las imágenes compartidas por famosos y usuarios anónimos guardan un mismo patrón. Las imágenes de LinkedIn son formales y profesionales; las de Facebook, más familiares; las de Instagram tienen un punto aspiracional o de glamour; y las de Tinder son mucho más sexys (que por eso la cosa va de ligar).
Wired recoge en un reportaje que el reto de Dolly Parton revela, por un lado, lo conscientes que somos de cada una de las imágenes que proyectamos de nosotros mismos en las redes sociales y del humor con el que la mayoría de los usuarios se ha tomado la broma. Por otro lado, la revista subraya de qué manera cada una de las redes ha desarrollado su propio estilo visual y de qué manera sus usuarios se han adaptado a ella de una forma natural.