En pocas semanas de confinamiento domiciliario muchos ciudadanos se han visto obligados a teletrabajar. Estamos aprendiendo a marchas forzadas qué rutinas y hábitos son más favorables y que tics debemos eliminar por nuestro bien y el de las empresas. Ahora toca convertir nuestro nuevo puesto de trabajo –un ordenador y una conexión a internet– en un lugar seguro.
Hace un par de meses, el trabajo en remoto era secundado por 1,5 millones de españoles, un 7,9 % de los ocupados en el último cuatrimestre de 2019, según un informe de Adecco Group Institute sobre oportunidades y satisfacción en el empleo. Hoy, cuando un gran número de trabajadores teletrabaja, la preocupación no es tanto si las redes españolas aguantarán el consumo y tráfico, sino si somos capaces de crear un entorno seguro frente la ciberdelincuencia, a los programas maliciosos que dañan nuestro sistemas y que pueden hacer peligrar los datos de la propia empresa. Hemos ido muy rápido en la conversión al teletrabajo, ahora hay que hacerlo con garantías. Aquí sabrás cómo:
Evita redes de wifi públicas. Utiliza tu red doméstica con una contraseña de acceso robusta, y un cifrado WPA2 para tener un control de acceso más seguro y una mayor protección de los datos. Si, por algún problema, no te puedes conectar a tu red doméstica, utiliza, como alternativa, la red de datos móvil 4G o 5G, que cuenta con diferentes medidas para garantizar que tus datos se protegen.
Crea contraseñas fuertes. Asegura la autentificación doble como medida esencial de seguridad en cada uno de los dispositivos electrónicos que utilices a la hora de trabajar.
Trabaja con dispositivos corporativos en lugar de con los tuyos de uso personal. La mayor parte del material que te ofrecen en tu empresa cuenta con políticas de seguridad, además de un software concreto para poder realizar el trabajo.
Tapa la webcam cuando no la utilices. A lo largo del día tenemos numerosas videollamadas con nuestros compañeros de trabajo. Mantén el control de la webcam para evitar fraudes y robo de información.
Conéctate con tu empresa de forma segura a través de una red privada virtual o VPN. Así, la información que intercambias viaja de forma cifrada por Internet. Evita, con esto, utilizar aplicaciones de escritorio de forma remota porque pueden crear puertas a los ciberdelincuentes.
No dejes claves ni datos relevantes a la vista. Mantén tu información cifrada por si el ordenador puede ser hackeado.
Elimina archivos de forma segura. Al igual que los documentos oficiales que ya no sirven se trituran, en los soportes electrónicos utiliza la sobreescritura o la desmagnetización para desecharlo.
Cuidado con los dispositivos extraíbles como USB o discos duros. No habilites la opción de autoejecución porque puede debilitar tu sistema y los ciberdelincuentes se puede aprovechar de la situación infectando algún fichero.
Haz copias de seguridad de forma periódica. Esto garantizará que, en caso de que ocurra cualquier tipo de incidencia de seguridad, se puede recuperar la información original.
Actualiza tus sistemas operativos y aplicaciones. No olvides tener un antivirus e instalar un software de repositorios oficiales para mantener tus equipos a salvo.
Utiliza tu impresora personal. Si la usas compartida, elimina la bandeja de entrada del escáner o la impresora para que no se queden archivos pendientes.
Ten cuidado con los correos maliciosos. Los ciberataques llegan en numerosas ocasiones por email a tu bandeja de entrada. Asegúrate de que la fuente es fiable y revisa bien los enlaces que te envían.
Cuidado cuando descargues archivos. Asegúrate más que nunca de que los archivos que vas a descargar en tu dispositivo electrónico provienen de páginas oficiales que garanticen tu seguridad. En muchas ocasiones, los ciberdelincuentes atacan por esta vía.
Usa herramientas adecuadas para enviar la información más sensible. Las plataformas como Dropbox, Google Drive o One Drive son una buena opción para compartir archivos de forma segura porque tienen dos pasos para verificarlos.
Ojo con tu robot aspiradora y tu altavoz inteligente. Ahora hay numerosos dispositivos inteligentes en los hogares que están conectados a tu red wifi. Aunque no lo parezca, son una puerta abierta a amenazas. Por eso, configura de forma segura estos dispositivos IoT.