Empresas de comunicación e instituciones públicas y privadas de todo el mundo han puesto en marcha mecanismos y herramientas para luchar contra la difusión de noticias falsas. Casi todos están de acuerdo en que aplicar las reglas básicas de la verificación de la información y el buen periodismo son la base para evitar la distribución de 'fakes'.

Las noticias falsas y la propaganda han existido siempre pero las redes sociales han contribuido a que su propagación se multiplique exponencialmente y a que sea cada vez más complicado verificar toda la información que llega a los lectores.

Lo primero es tener claro que hay varios tipos de noticias falsas. First Draft, una organización sin ánimo de lucro que ofrece recursos para mejorar los estándares de la información online, establece una clasificación con siete tipos de ‘fake news’:

  • Contenido inventado (completamente falso)

  • Contenido impostor (suplanta fuentes genuinas)

  • Contenido manipulado (textos o imágenes reales manipuladas para variar su sentido)

  • Contexto falso (información real sacada de contexto)

  • Omisión de contenido (eliminar partes de la información para sesgar la noticia)

  • Conexión falsa (noticias, imágenes o pies de fotos que no se corresponden entre sí)

  • Sátira o parodia (el contenido es irónico y no busca engañar pero puede tener ese efecto)

Afortunadamente, los periodistas cuentan cada vez con más recursos para hacer frente a las noticias o imágenes que les llegan por fuentes de lo más diversas (y que no son las habituales) para tratar de aclarar si una información es cierta o no y, por lo tanto, darle crédito o descartarla. Cada vez hay más sitios especializados, además, en este tipo de servicios, como los españoles Maldita.es o Newtral, el argentino Chequeado o el brasileño Lupa, a los que se puede acudir en caso de duda.

En Newtral, por ejemplo, la herramienta prioritaria de verificación de información es el periodismo. Joaquín Ortega, su director de contenidos, explica que lo primero que hace su equipo es “tirar de las reglas clásicas de comprobar si los datos o noticias que se están compartiendo se basan o no en la realidad”. Para eso hacen uso de fuentes oficiales, estadísticas y bases de datos públicas, con las que consiguen verificar casi el 90% de la información que les llega, sobre todo, a través de las denuncias que cualquiera puede remitirles a través de WhatsApp.

Los fact-checkers, como se llama a estos sitios de verificación, tienen muy claro qué tipo de noticias son susceptibles de ser falsas: todas tratan de provocar sentimientos e influir en el estado de ánimo para que los lectores se enciendan y las compartan. A veces, cuenta Ortega, los engaños son tan burdos que titular, fotografía y texto no tienen relación entre sí o que la noticia, procedente de una página satírica, se comparte de manera aislada para que parezca real. No utilizan ninguna herramienta específica para las noticias en texto y admite que las páginas web que elaboran contenido falso no cumplen ningún patrón concreto que permita identificarlas rápidamente. Además, explica, se han ido sofisticando y, como los verificadores recomiendan revisar que los textos lleven firma, la mayor parte de las veces ese tipo de noticias lleva nombres periodísticos inventados.

Maldita.es cuenta con una herramienta propia, Maldito Bulo, una extensión que se puede instalar en Firefox y en Chrome y que alerta a los usuarios de una página cuando esa web es poco fiable porque ha publicado con anterioridad noticias falsas y desmiente los bulos en tu propio navegador.

El sitio estadounidense NewsGuard, por ejemplo, cuenta con una metodología con la que evalúa sitios de noticias para certificar su credibilidad y transparencia. Un equipo de periodistas (sin algoritmos de por medio) se encarga de realizar el trabajo bajo petición a través de un formulario.

Para lo que sí hay múltiples herramientas gratuitas en Internet es para verificar la veracidad o no de cualquier fotografía que encontremos en redes sociales o publicada en cualquier medio. Estas son algunas de ellas:

  • Google Reverse Image Search. Esta herramienta permite hacer una búsqueda inversa de una fotografía, que desvelará la fuente original de la imagen, saber si es antigua (si ya se ha publicado anteriormente), averiguar dónde más se ha utilizado o si se trata de una manipulación de la fotografía original.

  • TinEye. Su funcionamiento es igual que el anterior y permite averiguar si una fotografía se ha publicado con anterioridad o si ha aparecido ya en otros sitios web.

  • FotoForensics. Ayuda a descifrar si una imagen ha sido manipulada. Exige tener algunos conocimientos de fotografía porque la herramienta no dice directamente si la foto ha sido retocada o no pero sí da algunas pistas sobre el brillo de los objetos insertados artificialmente en una imagen o las texturas de las que han sido manipuladas.

  • Forensically. Este es un conjunto de herramientas que te ayudan a encontrar manchas en la imagen en la que se han realizado modificaciones al original. Entre ellas, una que detecta si la imagen se ha comprimido varias veces (cosa que suele ocurrir en el caso de las fotos retocadas).

  • InVid. Este es un plugin disponible para Chrome y Firefox que emplea un montón de recursos para tratar de descifrar vídeos manipulados.