Con la llegada del invierno y el descenso de las temperaturas, nuestro organismo se resiente y requiere de cuidados específicos para regular la temperatura corporal. Lo mismo les ocurre a los dispositivos electrónicos, que también sufren las consecuencias del frío.

La pantalla y la batería son las prestaciones que más se resienten, especialmente en los teléfonos móviles, que son los que más están expuestos a las inclemencias del tiempo.

Librephonía, empresa española que vende dispositivos reacondicionados, explica que las bajas temperaturas obligan a los smartphones a gastar batería extra, lo que provoca que se ralentice su funcionamiento habitual. “Los teléfonos tienen que utilizar más energía para mantenerse en la zona óptima de temperatura de funcionamiento”, explican a Levanta la cabeza. Además, añaden, en la pantalla se refleja un porcentaje de carga menor de lo que realmente tiene e, incluso, puede que el dispositivo se apague de forma repentina.

Todo esto tiene una explicación tecnológica, según la compañía española. La mayoría de los teléfonos móviles utiliza baterías de iones de litio que se basan en reacciones químicas para producir la carga de energía. Cuando la temperatura ambiente desciende, esas reacciones tardan más tiempo en producirse, lo que repercute en la ralentización del dispositivo.

Hay que tener en cuenta que los móviles de alta gama son los más propensos a apagarse de repente. La mayoría cuenta con sensores de temperatura pensados para que los aparatos no se calienten y que, por supuesto, son sensibles también a temperaturas más bajas.

Además, las baterías son casi siempre el punto débil de los teléfonos inteligentes puesto que son las que menos avances tecnológicos han experimentado con respecto a otros componentes.

A pesar de las consecuencias que el frío tiene en los dispositivos electrónicos, los daños son reversibles, lo que significa que, en cuanto el teléfono recupere su temperatura habitual, volverá a funcionar a pleno rendimiento.

Aún así, ¿hay alguna forma para protegerlos del frío? Librephonía sugiere algunos trucos para mantener el móvil en su punto óptimo de rendimiento:

1.- Cargar la batería en un lugar cuya temperatura ambiente esté entre los 15 y los 25 grados.

2.- Si el móvil se apaga de manera repentina conviene calentarlo con las manos antes de volver a encenderlo.

3.- Cubrir el teléfono con una funda de neopreno para mantener mejor el calor.

4.- Si el móvil se utiliza para realizar actividades físicas en el interior, lo mejor es llevarlo en el bolsillo o pegado al cuerpo para mantener la temperatura.

5.- Usar auriculares con manos libres para evitar que el dispositivo esté expuesto al la temperatura ambiente y no dejarlo nunca al aire libre o en lugares fríos.