¿A quién no le ha pasado? La contraseña más común es 1,2,3,4, los más atrevidos incluso empiezan a contar por el 0 porque les parece mucho más segura. El caos comenzó cuando tuvimos que empezar a manejar varias claves porque nos pedían que la cambiáramos y no podía ser ninguna de las utilizadas en el último año. Así empezaron a tener protagonismo el hijo mediano, la ciudad de vacaciones, o la fecha de la boda. En los establecimientos informáticos se acumulan las anécdotas de los que acuden con sus tabletas rogando una solución para sus dispositivos bloqueados después de tres intentos fallidos.

Y lo que parecía improbable, fallar la pregunta de seguridad, es más habitual que perder el coche en un parquin de un centro comercial: ¿Cómo se llama su mascota? En mayúsculas, en minúsculas, con la primera en mayúscula… y nada. Su mascota es una perra llamada Tina, les hizo gracia por La-can-tina y esa era la clave: Lacantina. Andrés, –informático y dependiente– cuenta que este es el desbloqueo suyo de cada día: "La mitad de las veces es ayudarles a pensar, otras hay que volver a configurar el dispositivo con el consiguiente drama para el dueño. Y aún hay quién dice que somos técnicos… yo sé lo que sé, pero tengo que aprender de psicología cada día".

Intentar mantener a salvo de curiosos la intimidad de nuestro teléfono, correo electrónico o contraseña del banco deja de ser una unión sentimental en la que nombres de pareja pegado a fechas señaladas han sido las combinaciones de manual para cualquier háker doméstico. Buscar logaritmos propios para crear contraseñas seguras suele ser un suplicio para recordarlas pasadas 48 horas si no la estás empleando constantemente. "He leído combinaciones que ni Einstein sería capaz de recordarlas. Y tengo clientes que se empeñan en explicártelas: El séptimo número de mi carné de identidad más el año de nacimiento de mi madre junto con el apellido de mi mujer", cuenta Andrés Imposibles de burlar, pero más imposible de recordar.

Adiós al romanticismo de nuestras contraseñas. Ahora ya son comunes los dispositivos que reconocen la huella digital y cada vez más los de reconocimiento facial. "El otro día entró una señora protestando porque su móvil no la había reconocido y había estado 20 minutos desconectada. Me enseñó la circunstancia, una foto suya en la peluquería llena de papel de aluminio en la cabeza y me dio la risa". Andrés reconoce que se avanza a velocidad de vértigo, pero que los clientes de tecnología son insaciables y no admiten ni una fisura.

Las contraseñas están agonizando. Según Brett Beranek, director de Estrategia de Seguridad de Nuance, en el año 2024 las habremos olvidado. Su empresa ha desarrollado un proceso de reconocimiento por voz y expresiones que no ha fallado nunca. La evolución en los próximos 5 años nos llevará a una contraseña perdurable e imposible de burlar: la de nuestra propia identidad, la del cuerpo humano. El hecho de que no existan dos personas iguales será la contraseña más segura. Google y otras plataformas también ofrecen otras fórmulas de autenticación: controlar el acceso a la cuenta de un ordenador desde el teléfono móvil o a través del análisis del comportamiento online.

La identificación por voz ya se está utilizando en entidades financieras de Australia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, el país en el que han desarrollado este sistema de reconocimiento. Bancos españoles como BBVA y Santander lo están implantando en sus entidades de Latinoamérica dónde el fraude es alto. La empresa Nuance ya nos había facilitado la vida, ellos participaron en el desarrollo de Siri, y ahora con este novedoso sistema que analiza 100 puntos de la voz, sitúan a la empresa como puntera en el sector.

Sobre su seguridad a día de hoy no tienen dudas: "Estamos implementando la biometría de voz desde 2001. Tenemos más de 400 millones de huellas de voz. El año pasado verificamos más de 5.000 millones de operaciones y ni una sola vez nadie ha engañado al sistema biométrico", responde Beranek a Business Insider, puntualizando que eso "no implica que sea imposible ni que no vaya a sucede", pero los datos de la empresa son esos.

Diversas empresas españolas han anunciado que en este 2019 el reconocimiento de voz será el sistema que instaurarán en sus empresas. Habrá que esperar y ver si de nuevo los hácker, van un paso por delante, y rompen el sistema.