El procedimiento del vishinges, casi siempre, el mismo: una llamada inesperada de, supuestamente, un empleado bancario. Te informa de que ha habido algún tipo de incidencia –un cargo o factura muy cuantiosos, un intento de estafa, un robado de datos personales– pero que la puede solucionar si le damos nuestros datos bancarios. Es en ese momento en el que se produce la brecha de seguridad, cuando confiamos en quién nos habla desde el otro lado del teléfono y le facilitamos información confidencial. El sector bancario es muy claro: los datos personales son totalmente confidenciales; ninguna entidad los va a solicitar a través de una llamada o un mensaje. Con el Black Friday, los estafadores también podrían hacerse pasar por empresas de paquetería o, incluso, por grandes superficies ofreciéndonos cuantiosos premios y descuentos. Si finalmente se produce el robo de datos, hay que proceder a bloquear las cuentas lo antes posible y denunciar ante las autoridades.