Los incendios forestales que arrasan Australia desde hace más de un mes han sido provocados, según algunos, para despejar el camino al ferrocarril de alta velocidad en la costa este del país; según otros, los fuegos son obra de ecoterroristas empecinados en llamar la atención sobre el cambio climático con un drama fabricado por ellos mismos. También se ha difundido la idea de que multimillonarios chinos están usando rayos láser para despejar el camino hacia nuevas ciudades y hay quien sostiene, sin dato alguno, que el Estado Islámico ha ordenado a sus seguidores que emprendan una guerra contra el país con el fuego como arma.

La mayoría de las noticias falsas que se han viralizado en las últimas semanas tratan de avalar la teoría de que los incendios nada tienen que ver con el cambio climático, que es la postura que sostienen los expertos.

Uno de los ejemplos más claros es el de un vídeo de tres chicas corriendo tras provocar un incendio. El vídeo es real, sí; pero no es actual: corresponde a una imagen captada en 2018 que, sin embargo, ha corrido como la pólvora en redes sociales para apuntalar la idea de que los activistas contra el cambio climático están detrás de los incendios.

A esta tesis se une también la de quienes sostienen que los ecologistas están evitando que los bomberos reduzcan sus cargas de combustible mientras tratan de sofocar los fuegos que arrasan las tierras australianas.

Un reportaje publicado por el diario británico The Guardian explicaba hace unos días que las agencias rurales del país han reducido la importancia de los fuegos provocados en este grave episodio de incendios.

Los primeros fuegos aislados comenzaron en primavera (otoño en nuestro hemisferio norte) en el año con menos lluvias en el país desde que hay registros. Los expertos señalan que los campos y bosques repletos de vegetación seca pueden actuar como combustible en cualquier momento. Además, antes del verano, cuando comenzaban a prender los primeros fuegos, Australia sufrió una ola de calor inusualmente temprana, con temperaturas superiores a los 40 grados. Esas condiciones de baja humedad y altas temperaturas hace que los fuegos sean mucho más violentos.

Pero la desinformación ha cundido por redes sociales y ha llegado a los medios de comunicación, una situación que, según declaraba al periódico británico el presidente de Digital Rights Watch, Tim Singleton Norton, urge combatir. “Es necesario establecer medidas efectivas de supervisión, transparencia, rendición de cuentas del Gobierno y crear campañas de educación pública que brinden a los ciudadanos herramientas para identificar información errónea”.

La red se ha llenado estos días de falsas imágenes de niñas salvando koalas y de fotos de periodistas abrazadas a canguros difundidas tras un supuesto rescate que nunca se produjo. Pero también se han manipulado datos, difundidos no sólo en redes sino por algunos medios de comunicación locales, para contar que ha habido centenares de detenidos acusados de provocar los incendios, información desmentida también por las autoridades del país.