"¿Tenéis wifi?" La conexión a Internet gratuita se está convirtiendo en una necesidad básica para el consumidor. Pero, por muy gratificante que resulte este servicio, estas redes de interconexión inalámbrica pueden convertirse en el talón de Aquiles de la protección de la privacidad de sus usuarios.

El 25 de mayo de 2018 entró en vigor la Ley General de Protección de Datos de la Unión Europea. Esta normativa tiene una finalidad clara: mantener a salvo la información perteneciente a los usuarios que acceden a internet. Sin embargo, la GDPR permite cierta flexibilidad a las empresas responsables de las redes wifi gratuitas. La información es poder y la conexión gratuita tiene un precio que han de pagar sus usuarios: la cesión y utilización de sus datos. ¿Sabes que políticas de privacidad aceptas al conectarte a redes wifi gratuitas? Te lo contamos.

Almacenamiento de datos

Siguiendo la normativa de la Unión Europea, al conectarnos a una red libre de coste la empresa responsable podrá almacenar los datos personales del usuario; Como mínimo su nombre, apellidos y correo electrónico. Además, en algunas ocasiones al registrarte a través de redes sociales las empresas pueden también acceder a la información que muestras en tu perfil.

Uso y cesión a terceros

Seguro que te ha pasado: Chequeas algo que te interesa en Internet y justo después te aparece un anuncio de ese producto en redes sociales. Una vez obtenidos tus datos, la empresa encargada de la red puede rastrear tu actividad durante la conexión. Sabiendo los lugares que visitas, los anunciante pueden ofrecerte publicidad relacionada con tus gustos y comportamiento.

¿Les pertenecerán mis datos para siempre?

El Reglamento Europeo de Protección de Datos obliga a las empresas a establecer plazos para marcar el periodo en el que manejan tus datos. Es decir, es el proveedor del wifi el que decide cuánto tiempo puede poseer información sobre ti. Sabiendo que las empresas responsables de la red gratuita pueden almacenar, usar y ceder tus datos a terceros es necesario que te asegures de que la red inalámbrica a la que te conectas es de fiar. Siempre debes conocer al proveedor del servicio y es recomendable que el nivel de seguridad sea WPA. Desconfía del acceso libre sin registro y si en alguna ocasión quieres rectificar sobre los datos cedidos, siempre puedes enviar un email dirigido al departamento responsable de la protección de datos.

Levanta la cabeza por un uso responsable de la tecnología, en este caso, gestionando tu privacidad y los datos que otras empresas manejan sobre ti.