Desde el punto de seguridad vial, las ciudades pasan a dividirse entre arterias anchas de conexión entre barrios de 50 por hora y calles de barrio de 30 por hora. Las primeras permiten cambiar de escenario ciudadano “con rapidez”. Las segundas son el territorio de los vulnerables y, sobre todo, de los peatones. Teóricamente, hay que moverse por las Zonas 50 y al llegar a las Zonas 30, aparcar y moverse a pie.
La norma despertó cierta polémica, pero ha sido generalmente aceptada y el balance un año después es increíblemente positivo: están descendiendo los atropellos mortales en nuestras ciudades.
Tratando de contribuir al análisis de esta norma, el Centro de Estudios y Opinión Ponle Freno-AXAha realizado el primer gran estudio para saber si la norma de 30 por hora se cumple en nuestras ciudades. Después de más de 7.000 mediciones en cinco grandes ciudades (Barcelona, Valencia, Sevilla, Madrid y Bilbao), los resultados son muy interesantes:el 70,3% de los conductores circula menos de 30 por hora en las zonas 30.
El dato en sí podría interpretarse como que un 30% no los cumple… Y es cierto que nos pone deberes que mejorar a todos. Pero para interpretar ese 70% de cumplimiento hay que compararlo con lo que pasa en otros ámbitos: en las zonas 50, el cumplimiento es del 57,4% y en las vías interurbanas, vimos que más de la mitad de los conductores circulaba por encima de la norma en el estudio que realizamos en 2011.
Lo que esto quiere decir es que el grado de cumplimiento de la norma en las Zonas 30 de nuestras ciudades es muy superior al de todo el resto. Y eso es un dato esperanzador, porque ningún otro terreno es tan peligroso que aquel en el que se concentra tanta vida: las ciudades y especialmente los barrios de calles estrechas y edificios altos son, por definición, las zonas con mayor densidad de población. Con más riesgo de atropello.