El asfalto de la vía se encuentra en una situación lamentable. Jamás, desde hace treinta años, se ha realizado una operación de asfaltado, lo que supone que en todo su recorrido, se aprecian las roderas, agrietadas, que además, los días de lluvia, se convierten en autenticas balsas de agua que, aún circulando por debajo de la velocidad de la vía (70km/h), los vehículos corren el riesgo de claro acuaplaning, con lo que ello supone. Después de los periodos de lluvia, esas balsas de agua se convierten en socavones que los usuarios de la mencionada Vereda, se ven obligados a esquivar. Sólo los parchean, pero de nuevo reaparecen.
El estado de la pintura es pésimo, de noche, y ya si se suma lluvia, es imposible ver la señalización.