La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) ha expresado su “profunda preocupación” por el contenido de la nueva ‘Guía de Consejo Sanitario Vial para el conductor mayor y su entorno próximo’ publicada por la Dirección General de Tráfico (DGT). Según la PMP, el documento parte de un enfoque que asume que la edad avanzada es, por sí sola, una condición de riesgo, lo que consideran un tratamiento homogeneizador e injusto hacia las personas mayores.
La preocupación fue transmitida directamente durante un encuentro entre representantes de la PMP y de la DGT, donde participaron el director general de Tráfico, Pere Navarro, la subdirectora de Formación y Educación Vial, Montserrat Pérez, el presidente de la PMP, Jesús Norberto Fernández, y el vicepresidente de la Plataforma y presidente de CEOMA, José Luis Fernández Santillana.
En palabras de Fernández, “no todo envejecimiento implica deterioro, ni toda persona mayor representa un riesgo al volante”. La Plataforma reconoce los avances en longevidad y calidad de vida alcanzados por la sociedad gracias al Estado del bienestar, la ciencia y la medicina, que permiten que muchas personas mayores mantengan su salud, autonomía y capacidades funcionales a edades cada vez más avanzadas.
Por ello, la PMP exige que cualquier medida en este ámbito se adopte desde “el máximo rigor y respeto”, evitando caer en estereotipos negativos sobre la vejez. Reclaman que se reconozca el derecho de las personas mayores a decidir sobre su movilidad y conducción, siempre que sea a través de procesos informados, consensuados y avalados por profesionales.
Una guía que ha generado debate
La guía de la DGT, publicada en abril, recomienda a los familiares de conductores mayores que no les prohíban conducir de forma repentina, sino que planteen un plan de adaptación progresivo, basado en una evaluación del estado físico, emocional y cognitivo del conductor.
Para ello, propone dos cuestionarios, uno para el conductor mayor y otro para familiares, con preguntas orientadas a detectar señales de alerta en tres áreas: capacidad mental y emocional, estado físico y habilidades de conducción. Según el resultado, la guía establece una escala de riesgo: verde (normalidad), amarillo (riesgo medio) y rojo (riesgo elevado).
Entre los indicadores figuran aspectos como pérdida de memoria, desorientación, cambios de humor repentinos, problemas de visión u oído, dificultad para controlar el vehículo o una alta frecuencia de pequeños accidentes o toques de claxon de otros conductores.
Además, la DGT recomienda una intervención respetuosa y programada si se detecta la necesidad de restringir la conducción, evitando que la persona mayor se sienta atacada o penalizada.
Reclamo de un enfoque más amplio
La PMP coincide con la DGT en que la seguridad vial de los mayores es un reto importante, pero reclama un enfoque más estructural. Sugiere que se considere la adaptación del transporte público, alternativas de movilidad en zonas rurales y medidas de acompañamiento emocional para quienes, por necesidad o decisión, abandonan la conducción.
También piden evitar que la edad cronológica se utilice como único indicador de capacidad, recordando que las decisiones sobre conducción deben basarse en evaluaciones médicas individualizadas.
La DGT, por su parte, se ha mostrado abierta a incorporar las aportaciones de la Plataforma, en el marco de una Estrategia de Seguridad Vial para Mayores en desarrollo. Ambas partes comparten la idea de que la autorresponsabilidad, la autonomía y la toma de decisiones informadas deben ser pilares en la promoción de una movilidad segura para todas las edades.