La ropa
La vestimenta en moto es vital. Subirse sin un casco homologado, sin guantes y sin una chaqueta y pantalones sin protecciones es temerario. Pero en invierno, es aún más importante. Es vital tener ropa específica de moto para el invierno. El efecto de ponerse un montón de ropa puede ser peligroso porque resta movilidad y la agilidad es básica en moto. Es mejor usar una camiseta de frío acrílica (nunca algodón, que se empapa con su sudor y luego se queda fría), un jersey adecuado y una chaqueta de moto de frío. Es mejor la ropa justa especializada que un montón de “capas”. Y los guantes también deben ser especiales de invierno y para la moto: sin tacto, con unos guantes de esquiar o de ir a la nieve, nuestra rapidez de reacción se ve muy mermada.
La visera del casco
En invierno es fácil que la visera del casco se empañe. Conviene cambiarla al principio de cada invierno porque incluso una visera antivaho pierde sus propiedades con el uso (sobre todo al limpiarla por dentro con un trapo). La doble visera (con cámara de aire interior) es lo mejor.
La niebla
Conducir en moto con niebla es altamente peligroso. Algunos motoristas tienden a pegarse en esas ocasiones al coche de delante para beneficiarse de sus luces . Es un grave error, porque si el coche comete un error o frena de golpe, el motorista puede sufrir un accidente gravísimo. En niebla no existe otro remedio que bajar muchísimo la velocidad, ceñirse a la derecha (para evitar las colisiones por alcance) y tratar de usar como guía la línea blanca del arcén. Y si se puede evitar conducir en estas circunstancias, mejor (en moto y en coche).
La nieve y el hielo
Un coche patina con hielo pero puede no perder la verticalidad por sus cuatro ruedas, pero una moto… Lo mejor es dejarla en casa si hay nieve, desde luego. Y si la nieve nos sorprende en pleno camino, hay que circular muy despacio, con marchas largas, sin brusquedades ni frenazos, apoyándose en los pies… Y, si la nieve nos sorprende en un puerto, ¡ojo con darnos la vuelta! Subir una cuesta con nieve es muy difícil, pero bajarla en moto es imposible. No hay forma de frenarla.
La lluvia
Si nuestros neumáticos están en condiciones y vestimos la ropa de moto adecuada, la lluvia puede ser sólo un simple contratiempo. Desde luego, las condiciones de adherencia disminuyen y hay que alargar las distancias de seguridad, las frenadas (el ABS es un compañero imprescindible) y conducir con mucha suavidad. Pero siempre y cuando la lluvia no nos impida la visibilidad (ni la visera de nuestro casco), sólo estaremos obligados a conducir con una enorme suavidad.