Esta propuesta se ha incluido en el borrador del real decreto de medidas urbanas de tráfico, en trámite de información pública hasta el 7 de febrero y que servirá de base a los ayuntamientos para su propia regulación.

El texto, que modificará el Reglamento General de Circulación, propone que el límite genérico de velocidad en vías urbanas sea de 20 km/h en las calles que dispongan de plataforma única de calzada y acera; de 30 km/h en las de un único carril por sentido de circulación, y de 50 km/h en las de dos o más carriles por sentido.

Sin embargo, tal y como subraya el borrador, los ayuntamientos podrán rebajar las velocidades genéricas previa señalización y, excepcionalmente, aumentarla en las vías de un único carril por sentido hasta un máximo de 50 km/h también señalizado.

Las sanciones por infringir los límites se impondrán en función a la legislación vigente, de tal manera que en el caso de las calles a 20 la multa será de 100 euros si se supera y no llega a los 40 km/h, pero a partir de los 41 km/h el conductor será multado desde 300 a 600 euros (según lo que sobrepase) y se le quitarán entre 2 y 6 puntos del carnet de conducir.

Igual ocurrirá cuando se superen los 51 km/h en las calles 30 (las mismas multas y sanciones) o cuando el acelerador pase de 71 km/h en las calles 50.

Tráfico recuerda en su borrador que las propias ciudades demandan cambios en la normativa general para poder diseñar el entorno urbano de acuerdo a la nueva movilidad.

En 2017 murieron en las ciudades 509 personas y, de ellas, el 80 % eran usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas y motoristas.