La inversión, que cada tres años supondría 69 muertes y 212 heridos graves menos, afectaría a 73 tramos (1.121 kilómetros en total) con los índices de peligrosidad y tráfico más elevados y el objetivo sería compensar los previsibles errores humanos que se pueden producir cuando se circula por ellos.
Dichos tramos pertenecen a 35 carreteras, 29 de titularidad autonómica y 6 estatales y en las que habría que invertir, respectivamente, 311,8 y 418,2 millones de euros.
Extender las actuaciones propuestas al conjunto de la red convencional de España (32.800 kilómetros) conllevaría una inversión de 1.819 millones y permitiría reducir el número de fallecidos en 337 y 1.034 heridos graves cada tres años, añade el estudio.
En 2015, según datos de la Dirección General de Tráfico, 8 de cada 10 muertes en carretera se produjeron en este tipo de vías, que representan el 90 % del total de red española y concentran el 40 % del tráfico.
El año pasado, en las carreteras fallecieron 1.160 personas, 29 más que en 2015, con lo que se puso fin a doce años consecutivos de descenso en el número de víctimas mortales, lo que podría indicar que el efecto de las medidas de "concienciación" habría tocado fondo.
En el documento, presentado este martes en el marco de unas jornadas sobre infraestructuras organizadas por Universidad Menéndez Pelayo y la patronal constructora Seopan, se estima que los accidentes en la red convencional cuestan a la sociedad 2.120 millones de euros al año y que las medidas propuestas permitirían ahorrar 144 millones sólo en gasto sanitario.
La AEC propone tres tipos de actuaciones sobre la red que persiguen compensar los errores humanos que puedan producirse en este tipo de carreteras y complementar las actuales medidas de concienciación ciudadana.
En los tramos de vía con accidentalidad por impacto frontal y fronto-lateral (12), las mejoras pasarían por implantar carreteras "2+1", desarrolladas con éxito en Alemania, Finlandia, Suecia y Cataluña y que permiten reducir los accidentes mortales en un 50 % con un bajo coste, según el presidente de Seopan, Julián Núñez.
Para crear este tipo de carreteras, basta construir un tercer carril separado por una barrera de hormigón y que cada determinados kilómetros alterne el sentido de la marcha, lo que permite reducir los choques en adelantamientos.
En el caso de lo tramos con elevada accidentalidad por salida de vía (19), la idea es diseñar carreteras que "perdonan" los errores humanos durante la conducción con actuaciones de bajo coste como la delimitación de los márgenes de la vía o la mejora de la adherencia del pavimento.
Además, se podrían reducir las consecuencias de los siniestros dotando a la carretera de una "zona de seguridad" en su margen, suavizando las pendientes de los taludes laterales y eliminando o protegiendo, según el caso, los obstáculos existentes en el borde de la calzada.
Para 42 tramos de vía de especial peligrosidad, se proponen mejoras relacionadas con la seguridad vial como, por ejemplo, la instalación de bandas sonoras, la limitación de adelantamientos, la señalización inteligente en cruces peligrosos o la construcción de circunvalaciones en poblaciones, actuación que permitiría reducir un 25 % los accidentes con víctimas.