En materia de seguridad vial, el parabrisas es uno de los elementos primordiales a la hora de evitar daños mayores en un accidente en carretera. En este caso, un mantenimiento incorrecto del mismo puede provocar, desde el aplastamiento del vehículo, hasta la rotura del propio cristal y las lesiones que esto puede provocar en un siniestro.

Por otra parte, este elemento en mal estado puede limitar, e incluso llegar a impedir, la superación con éxito de la prueba de inspección técnica del vehículo (ITV). Esta última situación, no obstante, solo podrá posibilitarse si la luna delantera presenta algún elemento que dificulte la visibilidad, o si refleja algún desperfecto en el campo de visión del conductor.

Por ello, es recomendable para una correcta circulación, así como para prevenir lesiones de extrema gravedad en accidentes, el correcto mantenimiento del parabrisas. Ya sea, a través de la reparación del mismo ante grietas o fisuras, o mediante su sustitución, por ejemplo, en caso de que su estructura no esté bien fijada al vehículo.

Además, es imprescindible procurar que este cristal se encuentre limpio y despejado en todo momento, para evitar problemas de visibilidad.