El equipo, que ha llevado a cabo esta nueva investigación, pertenece al laboratorio de Jonatha Kipnis, el mismo que descubrió en 2015 que el cerebro está rodeado de vasos linfáticos. Este hallazgo supuso una noticia mundial. Kipnis considera que el último descubrimiento es más importante.

En el trabajo consiguieron que ratones mayores aprendieran y recordaran mejor. Tal y como explica el investigador, los vasos linfáticos envejecidos que conectan el cerebro y el sistema inmune juegan papeles críticos tanto en el Alzheimer como en la disminución de la capacidad cognitiva y este trabajo ofrece la imagen más completa hasta el momento de estos vasos y su importancia en el funcionamiento del cerebro y el envejecimiento.

Kipnis y su equipo usaron un compuesto para mejorar el flujo de desechos del cerebro a los nódulos linfáticos en el cuello de ratones viejos. Los vasos aumentaron de tamaño y se drenaron mejor, lo que tuvo un efecto en la capacidad de los ratones para aprender y recordar.

Los investigadores han determinado que obstruir los vasos en ratones empeora la acumulación de placas amiloides dañinas en el cerebro, asociadas con el Alzheimer. Esto podría explicar la acumulación de esas placas en personas, cuya causa no se comprenden bien.

Ahora el equipo de Kipnis trabajará para desarrollar un medicamento que mejore el rendimiento de los vasos linfáticos en las personas. Los investigadores creen que la mejor manera de tratar el Alzheimer podría ser combinar la reparación de la vasculatura con otros enfoques.

Creen que este nuevo descubrimiento puede ofrecer una forma de evitar la aparición del Alzheimer hasta el punto de que los tratamientos sean innecesarios.