Uno de cada dos hombres con cáncer de próstata recibe ADT en algún momento después del diagnóstico. Así lo ha demostrado una revisión sistemática y un metaanálisis realizado por investigadores estadounidenses.

Mientras que ADT ha sido el tratamiento durante décadas, se ha demostrado que provoca importantes efectos secundarios como, por ejemplo, pérdida significativa de hueso y un mayor riesgo de fracturas.

Ante esto, los científicos revisaron 30 estudios y evaluaron la efectividad de las terapias dirigidas a prevenir la fractura y mejorar la densidad mineral ósea en hombres con cáncer de próstata no metastásico que recibía terapia de privación de andrógenos (ADT).

De esta forma se puedo observar mejoras en la densidad ósea cuando recibían bifosfonatos, aunque los expertos no pudieron comprobar si este fármaco era el responsable de la reducción de las fracturas óseas, si lo comprobaron con denosumab.