Cada año, ocho millones de toneladas de plástico acaban en los océanos de todo el mundo. Una situación que supone que hasta 250.000 toneladas de este material acaben en los rincones más recónditos del planeta, y terminen su ciclo en el lecho marino, un gran peligro para la biodiversidad en este ecosistema. En los últimos años, la situación ha empeorado hasta resultar en un equivalente de cinco bolsas repletas de plástico por cada 30 centímetros de costa.

A través de un nuevo documental, que verá la luz el próximo 3 de junio, Día Mundial de los Océanos, se busca concienciar a la ciudadanía acerca de este problema, que ha convertido el Mediterráneo en uno de los enclaves más amenazados de todo el globo. Esta situación, como denuncian los responsables del proyecto, responde a las negligencias cometidas por la mano del ser humano, que poco a poco ha acabado con uno de los enclaves más ricos del planeta.

La contaminación de las aguas del Mediterráneo, como alertan destinos estudios, pasa por convertirse en el contenedor de entre el 20% y el 45% de las partículas de microplásticos de todo el mundo. De hecho, más del 95% de los residuos que alberga este mar son plásticos. Una situación que en el resto del mundo como mucho se sitúa en torno a un 80%.

Por otra parte, con este documental se busca informar también de la desaparición de los tiburones. Como explican los autores del proyecto, el ser humano ha acabado con el “99% de los tiburones del Mediterráneo, y con el 90% de todos los tiburones del planeta”. Una práctica que continúa en desarrollo en todo el mundo, y que no cuenta casi con medidas de freno.