Investigadores de la Universidad de la Sorbona en París, Francia, han hallado los mecanismos que hay detrás de la gran variedad de colores y patrones de los peces de arrecife de coral. Se han centrado en el pez payaso, concretamente, en un grupo que incluye 30 especies que se distinguen por el número de rayas blancas y por sus colores: amarillo, naranja, rojo y negro.

Al estudiar dos de sus especies, Amphiprion ocellaris y Amphiprion frenatus, descubrieron que poco después de la eclosión, ninguna larva tenía rayas.

Demostraron que las rayas son esenciales para que cada pez reconozca a otros de su especie. Esto es clave para la organización social de los grupos de pez payaso que viven entre anémonas de mar. Después, examinaron el desarrollo de 26 especies adicionales de pez payaso y observaron que al menos nueve tienen más rayas cuando son jóvenes que cuando son adultos.

Los investigadores descifraron las secuencias de aparición y desaparición de rayas durante su vida: las rayas aparecen una detrás de otra, comenzando cerca de la cabeza y progresando hacia la cola, durante la transición de la etapa larval a la fase juvenil. Además, observaron que algunas rayas se pierden ocasionalmente entre la etapa juvenil y adulta, esta vez comenzando por la cola.

Para investigar los mecanismos moleculares que subyacen a la formación y pérdida de bandas, trataron a las larvas de pez payaso con una sustancia para suprimir el desarrollo de rayas en el pez cebra. Las larvas tratadas con la sustancia no desarrollaron rayas completas o ninguna raya, dependiendo de la dosis.

Por otro lado, para comprender el origen de estos patrones, los científicos profundizaron en la historia evolutiva del pez payaso. Descubrieron que su ancestro común lucía tres bandas. Al igual que los actuales, estas marcas ancestrales estaban formadas por células pigmentadas llamadas iridophores que contienen cristales reflectantes. En el transcurso de su historia, algunas especies perdieron progresivamente las rayas, lo que dejó el rango actual de patrones de color.

Ahora, el equipo quiere realizar un seguimiento que identifique los genes que controlan la adquisición de rayas blancas para una mejor comprensión de su evolución.