Los resultados del estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y de la Universidad KAUST (Arabia Saudí), muestra que los organismos marinos podrían migrar hasta el año 2100 a mayores profundidades y hacia los polos en busca de ambientes más fríos, como consecuencia del cambio climático.

El equipo de investigación ha encontrado que, a pesar de que existen variaciones considerables en el planeta, en general, las especies deberán migrar 18,7 metros hacia el fondo en un escenario de emisiones moderadas, y 32,3 metros en uno de altas emisiones.

No obstante, Núria Marbà, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (del CSIC y la Universitat de les Illes Balears), ha comentado que la luz que llega a las aguas más profundas no es suficiente para algunas especies y que la presencia del fondo es una frontera en algunos lugares. Por lo que, las especies que habitan en zonas poco profundas y que necesitan luz para vivir, como los corales, los kelps y las praderas marinas, o el fitoplancton, sufrirán una compresión vertical de su hábitat a medida que aumenten las temperaturas.

De tal modo que, lo más probable será que las especies marinas opten por una solución combinada entre la adaptación térmica, la migración horizontal y la vertical, un hecho que también variará entre especies y de donde estén ubicadas.

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