La supervivencia del Carpintero Negro peligra debido a la deforestación de su hábitat, el bosque templado de Chile. Este ave, que se puede encontrar desde los bosques de Talca, en el centro de Chile, hasta la región subantártica del país austral, es una especie muy exigente en cuanto a requerimientos de hábitats y solo se desarrolla en entornos poco alterados por la mano del hombre. Por ello, varios investigadores de la Universidad de Magallanes, del Instituto de Ecología y Biodiversidad y de la Universidad del Norte de Texas, iniciaron un proyecto de investigación sobre el comportamiento, reproducción y alimentación de esta especie en la zona de Isla Navarino, uno de los lugares más vírgenes de Chile situada en la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos.

Con esta investigación, los expertos intentan averiguar las consecuencias que tendrán para los Carpinteros Negros, las modificaciones del ecosistema y, de esta manera, anticipar medidas de conservación que impidan su extinción. Actualmente, según Jiménez, "la fragmentación del bosque por necesidades ganaderas, de comunicación o de cultivo es la principal amenaza que acecha a las familias de carpinteros, que necesitan alrededor de dos kilómetros cuadrados de bosque continuo para poder sobrevivir".

El problema surge porque el Carpintero Negro necesita bosque continuo de árboles maduros con troncos suficientemente grandes para poder excavar sus nidos y alimentarse de las larvas. La deforestación provoca que el ave necesite mucha más energía para moverse de un lado a otro.

Pero no es la única amenaza a la que está expuesto el Carpintero Negro, ya que aparte de la deforestación, la introducción en el sur de Chile del visón americano, a mediados del siglo XX, hace peligrar la supervivencia del pájaro en estas latitudes. En lugares como Isla Navarino el peligro es mayor pues a falta de depredadores autóctonos, los visones campan a sus anchas y tienen mayor acceso a los carpinteros cuando estos bajan al suelo desprevenidos para alimentarse de larvas. Jiménez alertó de la posibilidad de que "esta especie desaparezca de la isla a corto plazo si cada visón se come un carpintero".

Además de ser una especie muy carismática por su intenso colorido y su simpática expresión, el Campephilus Magellanicus o Carpintero Negro es especialmente relevante para otras aves nidificadoras como los loros cachañas, los concones o golondrinas, que utilizan los agujeros excavados por los carpinteros para anidar. Asimismo, al alimentarse de larvas de gusanos, los carpinteros "controlan las infecciones del bosque que afectan a la madera" al mismo tiempo que, con su picoteo, esparcen hongos entre los árboles, por lo que "se podría decir que están cultivando el bosque para poder cosechar en el futuro". Es por estos motivos que este hermoso ejemplar de avifauna chilena es considerado una "especie clave para el ecosistema", remarcó Jiménez, pues "con una baja biomasa crea un impacto muy grande para el resto de la comunidad".

Los científicos y administradores de los recursos naturales subrayan asimismo la necesidad de conservar esta ave, pues se trata de una "especie paraguas", ya que "dado que necesita mucho espacio para vivir, protegiéndola a ella se protege de forma indirecta muchas otras especies que componen la comunidad de su hábitat". Jiménez explicó que "el Carpintero Negro es muy parecido al Carpintero Pico de Marfil que ya se extinguió en Estados Unidos y similar al desaparecido Carpintero Imperial de México, ambos extinguidos por la fragmentación del bosque".