Estas claves las ha presentado WWF para impedir que los viajeros sean cómplices del tráfico de especies durante las vacaciones. Por ejemplo, existen numerosos productos elaborados con caparazón de tortugas marinas, los recuerdos de marfil o los objetos fabricados con pieles de gato en el mercado.

El tráfico de especies de fauna y flora es un negocio criminal como el tráfico de drogas o de armas, pero ni de lejos con el mismo protagonismo, a pesar de que mueve hasta 20.000 millones de euros al año. Como consecuencia, cientos de especies de animales y plantas llegan al borde de la extinción y es la segunda causa de pérdida de biodiversidad detrás de la destrucción de hábitat.

Actualmente, hay grandes mafias en este negocio, pero la demanda de los consumidores también se convierte en un factor que agrava esta amenaza. Normalmente los turistas no saben de donde provienen los souvenirs que compran y se traen productos cuyo comercio es ilegal o que ponen en riesgo a poblaciones naturales de animales. Y así, inconscientemente, se vuelven cómplices de este crimen contra la naturaleza que está agotando especies como el elefante, el rinoceronte o el tigre, según la organización.

Por ello, WWF presenta las 'Diez reglas de oro' para ser un buen viajero, una guía con diez productos con los que hay que poner extrema alerta y una serie de preguntas básicas que recomienda hacer antes de realizar la compra.

Algunas reglas son: evitar la bisutería y las joyas elaboradas con caparazón de tortuga; evitar la compra de marfil en bruto, joyas o figuras fabricadas con los colmillos de elefantes o evitar la importación de pieles u otros objetos fabricados con el pelaje de felinos salvajes.

Además, es importante recordar que el hecho de que un objeto esté a la venta no significa que su comercio sea legal. Y algunas de las preguntas que debemos hacernos antes de comprar son: "de qué está hecho", "de dónde proviene" o "si se requiere algún permiso para comprarlo".

Esta iniciativa está dentro de la campaña 'Stop Tráfico de Especies' de WWF, que busca luchar contra el comercio ilegal de animales y plantas silvestres y que, ahora, cuenta con más de 66.000 apoyos.