Después de una intensa búsqueda, los responsables de la reserva de Ijara, en Kenia, han alertado de la muerte de una de las dos únicas jirafas blancas de la región, y de su cría. Se trataría de dos de los pocos ejemplares de este animal con una rara coloración de su piel.

Como informan desde la reserva, los dos animales habrían sido víctimas de la caza furtiva, por lo que, de esta forma, tan solo quedaría ya un único ejemplar vivo. Hasta ahora, el nacimiento de la cría de jirafa blanca en agosto había significado un gran atractivo turístico para la región; así como la expansión de una especie, que solo contaba con estos tres ejemplares en todo el país.

Por ello, la muerte de estas dos jirafas supone “un golpe a los pasos dados por la comunidad para conservar especies excepcionales y únicas, y una llamada de atención para un apoyo continuo a los esfuerzos de conservación”, tal como declaraba Mohammed Ahmednoor, gerente de la reserva situada en el condado de Garissa.

A pesar de que, en muchos casos, una coloración más pálida en la piel de ejemplares de todo distintas especies puede deberse a casos de albinismo, en lo que respecta a estas jirafas, se trata de una extraña condición genética conocida como leucismo. Esto, hace que la pigmentación de las células de la piel sea menor; pero no está directamente relacionado con el albinismo.