El estudio, publicado en el último número de la revista científica Nature, refleja que la profundidad de compensación de los carbonatos o lisoclina en el Pacífico - el límite a partir del cual el carbonato cálcico se disuelve en el océano- ha experimentado grandes variaciones a largo plazo, según ha informado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un comunicado.

La disolución de los carbonatos aumenta cuanto más baja es la temperatura de las aguas, "lo que nos permite observar las variaciones climáticas a lo largo de millones de años", ha explicado el investigador del CSIC Óscar Romero, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, centro mixto del CSIC y la Universidad de Granada.

El trabajo demuestra que durante el Cenozoico temprano (hace unos 55 millones de años) la profundidad de compensación de los carbonatos se situaba a una distancia de entre 3 y 3,5 kilómetros de la superficie, mientras que en la actualidad se sitúa a unos 4,6 kilómetros.

Así, estos datos revelan que la temperatura de las aguas a inicios del Cenozoico era inferior a la que se registra en el presente.

El equipo de investigación ha podido observar la evolución de la lisoclina del Pacífico mediante el análisis de los carbonatos presentes en los testigos sedimentarios recogidos en el fondo de este océano, según ha indicado Romero.

Los testigos sedimentarios empleados en este trabajo fueron extraídos en el Pacífico ecuatorial. "Estos sedimentos marinos permiten reconstruir los cambios en el estado, la naturaleza y la variabilidad del ciclo global del carbono y el sistema climático con un detalle no conocido hasta el momento", ha explicado Romero.