Un estudio sobre el impacto de la contaminación atmosférica urbana en la salud, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), asegura que las ciudades europeas podrían evitar 114.000 muertes prematuras anuales por contaminación atmosférica.

Para ello, deben cumplir con las nuevas recomendaciones de calidad del aire estipuladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado mes de septiembre, que difieren de las directrices previas.

El estudio sitúa a la ciudad de Madrid como la capital europea con mayor mortalidad asociada a la contaminación de dióxido de nitrógeno (NO2), mientras que Barcelona es la sexta.

Hasta ahora, la OMS recomendaba menos de 25 microgramos de partículas PM2,5 por metro cúbico de aire al día, mientras que sus recomendaciones actuales bajan este nivel hasta los 15 microgramos; en el caso del NO2, la recomendación ha bajado de 40 a 10 microgramos anuales.

Con ello, los investigadores han analizado la carga de mortalidad atribuible a las partículas finas PM2,5 y al NO2, en 1.000 ciudades europeas.

Los resultados evidencian que alcanzar las recomendaciones de calidad del aire para las PM2,5 se traduce en un aumento del 113% de muertes evitables por esta causa, es decir, 109.188 muertes prematuras anuales menos, frente a las 51.213 muertes evitables con las recomendaciones anteriores.

Con respecto al NO2, se podrían evitar hasta 57.030 muertes prematuras, frente a las 900 muertes que se podían prevenir anteriormente. Por su parte, alcanzar los niveles más bajos de PM2,5 y NO2 podría evitar 125.000 y 79.000 muertes prematuras anuales respectivamente.

En este sentido, Madrid pasaría de evitar 206 muertes anuales con las recomendaciones antiguas, a evitar 1.966 muertes si alcanzara la nueva meta, mientras que Barcelona pasaría de evitar 82 a 1.554 muertes.