Los gases efecto invernadero han alcanzado un nuevo récord en 2013, según un estudio publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Este nuevo máximo se debe al aumento en un 142% de las emisiones de estos gases nocivos para el medio ambiente. 

Entre los gases más importantes se encuentra el dióxido de carbono, que ha aumentado su concentración a un ritmo que no se observaba en casi 30 años. Este aumento se debe posiblemente a la reducción de la cantidad de CO2 absorbida por la bioesfera de la Tierra, sumado al constante incremento de sus emisiones.

Esta es una de las conclusiones del boletín anual de la OMM sobre gases de efecto invernadero, que también indica que el ritmo actual de acidificación de los océanos no tiene precedentes en los últimos 300 años. El secretario general de la OMM, Michel Jarraud, afirma que se debe invertir esta tendencia reducuiendo las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero como medida generalizada.

El responsable de la agencia científica de la ONU aseguró que "una acción internacional concertada frente a la aceleración del cambio climático es más apremiante que nunca".

El boletín señala que el fenómeno llamado de forzamiento radiactivo, causante del efecto de calentamiento del clima, experimentó un incremento del 34% a causa de los gases de efecto invernadero de larga duración, que son el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), además del CO2.

La concentración de este último en la atmósfera alcanzó el 142% del nivel de la era preindustrial (antes de 1750), el de metano el 253 % y el de óxido nitroso el 121%.

Efectos del aumento de CO2
Adificación de los océanos, aproximadamente una cuarta parte de las emisiones totales de CO2 son absorbidas por los océanos y otro tanto por la biosfera, con lo que amortiguan el aumento del CO2 en la atmósfera, aunque los océanos están pagando en particular las consecuencias de esto. "Si el calentamiento de la Tierra no se considera una razón suficiente para reducir las emisiones de CO2, la acidificación de los océanos debería serlo", señaló Jarraud.

Los científicos observan que la acidificación de los océanos tiene consecuencias complejas en los organismos marinos, especialmente entre los corales, algas, moluscos y distintas especies de plancton. Esos organismos ven afectada su capacidad para construir conchas, caparazones o material para sus esqueletos (mediante la calcificación), puesto que su capacidad de calcificación disminuye conforme aumenta la acidificación.