Con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, conmemorado el 15 de octubre, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de la ONU ha insistido en la necesidad de aumentar las inversiones destinadas a fomentar la igualdad.

Con ello, pretenden reducir los efectos del cambio climático en las mujeres que viven en zonas rurales, puesto que resultan más vulnerables y presentan más posibilidades de morir por esta causa que los hombres.

En este sentido, la agricultura, el sector en el que trabajan la mayoría de mujeres del entrono rural, es el más afectado por el cambio climático, y estas mujeres dependen de forma desproporcionada de recursos naturales escasos, lo que las hace verdaderamente vulnerables al cambio climático y los desastres naturales.

A pesar de que representan casi la mitad de la fuerza de trabajo agrícola mundial, carecen de un acceso equitativo a los bienes, recursos y servicios necesarios para obtener un ingreso digno o poder adaptarse al cambio climático.

Además, son numerosas las ocasiones en las que su capacidad de decisión se ve limitada, de manera que tampoco participan en las decisiones referentes a las respuestas al cambio climático.

Sin embargo, las mujeres son el pilar fundamental de alas zonas rurales, y tienen la capacidad de afrontar las adversidades desde un punto de vista innovador para garantizar el bienestar de sus familias, por lo que su decisión en la gestión de los riesgos climáticos puede resultar crucial.

Finalmente, cabe destacar que el FIDA invierte en la población rural para combatir la pobreza e incrementar la seguridad alimentaria. Desde 1978 ha proporcionado 23.200 millones de dólares en subvenciones y préstamos a bajo interés a proyectos que han llegado a más de 500 millones de personas.