La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) cambió en 2016 el riesgo de extinción del panda gigante de “en peligro” a “vulnerable” tras las evaluaciones de 1985-1988 y 2011-2014, llevadas a cabo en China. Actualmente, hay 30 grupos de pandas que viven en seis cordilleras. De estos 30 grupos, 18 están formados por menos de 10 ejemplares.

Sin embargo, ahora lo que inquieta a los expertos es el hábitat de esta especie. Está en peores condiciones que cuando fue considerada “en peligro” en 1988, según un estudio publicado en la revista 'Nature Ecology & Evolution'. A través de satélites, los investigadores han analizado su hábitat desde 1976. Las zonas en las que viven disminuyeron un 4,9% de 1976 a 2001 y, aunque han aumentado un 0,4% de 2001 a 2013, no compensan la pérdida anterior.

La pérdida del hábitat del panda gigante se debe a factores como terremotos, la acción del hombre, agricultura, construcción de carreteras y tala de árboles, según el estudio. La más perjudicial de estas amenazas es la explotación forestal. Entre 1950 y 1985, veintisiete empresas dedicadas a esta actividad podaron más de 4.000 km2 de bosques en las seis cordilleras donde residen los pandas.

Además, los pandas viven en zonas sísmicamente activas de China, en los últimos 37 años han vivido tres terremotos de magnitudes que oscilan entre los 7,2 y 8º en la escala de Richter lo que ha destruido buena parte de estos hábitats. Se cree que el 71,1% de la pérdida de hábitat entre 2001 y 2013 fue por el sismo de Sichuan en 2008. La población mundial en las áreas cercanas al hábitat del panda aumentó un 13,5% y la población agrícola se redujo un 87,3% entre 2000 y 2010.

Para contrarrestar las pérdidas del hábitat, China creará reservas naturales y un nuevo plan de urbanización.