A partir del 10 de abril, y durante los dos próximos años, no se concederá ninguna licencia para la pesca y captura de coral rojo. De esta forma, se pretende detener una práctica que ha llevado a la sobreexplotación de esta especie, en un ecosistema muy sensible.

Además, durante esta veda, se iniciarán labores de investigación para evaluar la situación actual de un recurso cada vez más escaso. Si bien la pesca de coral rojo ha ido descendiendo con el paso de los años, se trata de un organismo muy delicado, debido, entre otros factores, a su lentitud de crecimiento y a las dificultades para su expansión en otras colonias.

Sin embargo, pese al descenso sistemático en la pesca de coral rojo, se considera en riesgo por otros factores como el calentamiento y acidificación de las aguas. Una serie de problemas que surgen por el avance del cambio climático.

La medida se ha tomado como precaución; basándose en el enfoque ecosistémico que establece la Política Pesquera Común, al considerarse una especie en peligro de extinción, como aparece en la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.

Posteriormente, y a partir de los resultados que se obtengan hasta abril de 2022, se tomará en consideración si continuar con la veda mediante una prórroga de otro bienio, o si se vuelven a emitir licencias para la captura de esta especie.