En la reclamación, la dueña ha asegurado que los defectos técnicos retrasaron el despegue unas seis horas y afirmó que su mascota, Tony, casi fallece por el largo tiempo en que estuvo expuesto al sol dentro del avión.

El perro fue puesto a la sombra tras hacer una llamada urgente al personal de tierra, pero la pasajera añadió que el animal sufrió más que cualquier viajero y no descartó llevar el caso a los tribunales.

La compañía KLM se ha negado a comentar la situación, pero han afirmado que toman enserio todos los casos, incluso este que parece extraño.

Esta es la primera vez que un perro realiza una petición de este tipo a una compañía aérea.