El Ministerio del Interior ha hecho balance sobre la campaña de incendios forestales 2015. A pesar de haberse registrado un 23% menos de la media de la superficie quemada en la última década, el número de incendios continúa siendo muy alto con casi 73.000 hectáreas quemadas, según los datos de este último balance.

Estos resultados también explican que sólo 14 grandes incendios forestales se ha quemado el 55% de la superficie. Un hecho que viene siendo habitual en la última década, en la que los grandes incendios, aquellos que superan las 500 hectáreas, tienen un protagonismo muy relevante.

Pero, ¿qué provoca que un fuego queme más de 500 hectáreas?. Los resultados de este análisis se refelejan en el Informe 'Grandes incendios forestales en España 2012-2014. Relación entre los Grandes Incendios Forestales y el tipo de vegetación forestal y propuesta para reducirlos'.

En este informe, a partir de 60 grandes incendios estudiados, se obtiene un perfil del tipo de monte o masa forestal más y menos susceptible de sufrir este tipo de catástrofes.

Las especies más vulnerables son los pinos, seguidos de distintas especies de matorral, tales como brezos, retamas o jaras. En los pinares se dan más grandes incendios forestales y en los montes bajos suelen generarse los incendios por la acción humana a través del uso del fuego con fines ganaderos o agrícolas.

Por el contrario, los montes que resultan menos afectados por los grandes incendios forestales son, en un 12% de los casos, aquellos que disponen de verdaderos bosques naturales bien conservados y poco intervenidos, principalmente los poblados por especies de quercíneas (encinas, robles o alcornoques). 

Estos perfiles se ven trasladados a la distribución geográfica de los grandes incendios forestales donde las zonas más afectadas son reflejo de los tipos de vegetación más sensibles a los grandes fuegos, y donde la actividad y la gestión que se lleva a cabo en los montes tienen una notable incidencia.

También se explica que los grandes incendios suelen desarrollarse más en el noroeste y centro norte de España, en el Levante y en el centro peninsular. Las zonas menos afectadas por grandes incendios se sitúan en los Montes de Toledo, Sierra Morena y buena parte de las cordilleras cantábrica y pirenaica, y se corresponden con grandes extensiones de monte mediterráneo y atlántico dominado por quercíneas u otras frondosas.