Al cierre de 2015, la CE estima que las energías renovables representaron el 16,4 % del total del consumo en el conjunto de los Veintiocho, y un 15,5 % en el caso de España, que se situó por debajo de la media comunitaria pero, por encima de la cota del 13,8 % fijada por Bruselas para el período de 2015-2016.

No obstante, el peso de las renovables en España en 2015 cayó respecto al 16,2 % registrado en 2014.

Este informe anual concluye que el Reino Unido (7 %), Luxemburgo (4,5 %), Francia (14,3 %) y Holanda (5,5 %) tendrán que aplicarse si no quieren quedar por debajo de la meta para 2020, mientras que en la parte alta de la tabla según la proporción de renovables sobre el conjunto del consumo energético se sitúan Suecia (52,6 %), Finlandia (38,7 %), Letonia (38,7 %) y Austria (33,1 %).

Se quedan cortos los objetivos marcados para el transporte, sector que debería llegar al 10 % de energía limpia en 2020 y que hasta el momento solo alcanza el 5,9 %, debido en parte al lento desarrollo de los biocarburantes avanzados, precisa el informe, que coloca a Finlandia y Suecia como los alumnos aventajados en ese capítulo.

En cuanto a la electricidad, el 27,5 % de lo que se consumió en la UE en 2014 provenía de renovables, lo que sitúa a España muy por encima de la media comunitaria (37,8 %). Desde 2005, la UE ha constatado incrementos significativos en ese apartado en Austria (70 %), Suecia, (63,3 %), Portugal (52,1 %) y Letonia (51,1 %).

El incremento de fuentes de energía renovable, como la hidroeléctrica, la eólica, la solar o la biomasa, le ha permitido a la Unión Europea ahorrar 16.000 millones de euros en 2015 en importaciones de combustibles fósiles, aspecto en el que la UE depende en gran medida de Rusia, según los cálculos de Bruselas