Desde la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del CSIC en Sevilla, alerta de la baja variabilidad genética del lince boreal. El hecho resulta alarmante para los científicos, puesto que, pese a que la especie no presenta problemas en los números de poblaciones ni en su extensión por el globo, esta escasa variabilidad es propia de especies en peligro de extensión.

Como subrayan los autores de la investigación, la problemática para que se de esta paradoja surge por el declive poblacional que siempre ha sufrido la especie. Poco a poco, estos animales han ido separándose entre su vertiente asiática y su vertiente europea.

Y esta última, es la que más ha sufrido el descenso de sus poblaciones, tanto por factores climáticos, como por la mano del ser humano. En este caso, tanto de forma directa, como indirecta, a través de la caza extensiva de algunas de las presas más comunes de los linces boreales, como los ungulados.

De esta forma sería posible explicar la desaparición casi completa de estos animales de Europa Occidental, y el empobrecimiento y diferenciación genética de las poblaciones que quedan. Por ello, en la actualidad, la variabilidad genética de esta especie de lince es comparable a especies amenazadas como el oso pardo de los Apeninos, y se encuentra muy cerca de otras como el lince ibérico.

De acuerdo a los investigadores, la mejor forma de recuperar al lince boreal en Europa pasa por lograr la reconexión entre distintas poblaciones. Así sería posible reducir su aislamiento genético.