El organismo que gestiona las carreteras en el país ha explicado, según ha recogido la agencia de noticias Reuters, que estos nuevos radares emplean Inteligencia Artificial para revisar las imágenes que captan y detectar el uso ilegal de dispositivos.
Las fotografías sospechosas serán verificadas por personal autorizado; aquellas en las que no se detecte ninguna infracción, serán destruidas en el plazo de una hora.
De momento, se han instalado 45 radares fijos y móviles en distintos puntos de la región que no han sido revelados. Los infractores se enfrentan a multas de entre 310 y 412 euros y a la pérdida de cinco puntos del carné, aunque durante los tres primeros meses sólo recibirán cartas de advertencia.
Nueva Gales del Sur prohíbe a los conductores utilizar el teléfono móvil al volante excepto si emplean dispositivos de manos libres.
El objetivo de esta medida es reducir en un 30% las muertes para el año 2021 aunque en el país discute aún la legalidad de una medida aprobada por su parlamento regional y que los conductores podrían llevar a los tribunales.
Hasta ahora, cuando un agente de policía australiano detiene a un conductor sospechoso de usar el teléfono móvil al volante, el supuesto infractor puede llevar la denuncia ante un juez y, hasta que el magistrado decida, se mantiene su presunción de inocencia. La nueva legislación cambia la carga de la prueba y convierte al supuesto infractor en culpable a menos que demuestre que el objeto que la fotografía refleja en sus manos no es un teléfono móvil.