Hace poco más de un año, muchos cambiaron las ocho horas de oficina, los chascarrillos frente a la máquina de café y la mirada inquisitiva del jefe, por un escritorio improvisado en casa, con el móvil y el ordenador como únicos compañeros de trabajo. Tras el confinamiento, muchos empleados volvieron a la oficina, pero Adecco Group Institute calcula que a principios de este año todavía quedaban 2,8 millones de españoles trabajando desde casa.

Algunas empresas –muy pocas– venían ensayando el teletrabajo desde antes, pero la pandemia obligó a todos a pisar el acelerador y a implementar esta fórmula de un día para otro. Hubo que legislar sobre la marcha (Real Decreto- Ley 28/2020), apurar cambios tecnológicos y organizativos en las compañías, y de mentalidad de los trabajadores. Un estudio de Capgemini refleja que, a pesar de la sacudida inicial, la experiencia no ha resultado del todo mal: el empleo desde casa incrementó un 22 % la productividad de las empresa españolas en el último tramo de 2020. Según el CIS, siete de cada diez trabajadores valora positivamente el trabajo en remoto.

El teletrabajo ha llegado para quedarse, aunque lo más probable es que termine por adoptar un modelo híbrido que aminore sus trabas (una parte del tiempo, en la oficina y, otra, en la distancia), formula que ya adoptan muchas empresas. Según la Encuesta de Percepción social de la innovación en España, que realiza cada año Fundación COTEC, el 20 % de la población ocupada teletrabaja (más del doble que en 2019) y la mayoría de la población considera que debería existir el derecho a la desconexión digital.

En Levanta la cabeza hemos conversado con dos expertos en recursos humanos –Javier Blasco, director del Adecco Group Institute, y Marta Romo, CEO de la consultora Be-Up–, sobre las fortalezas y debilidades del teletrabajo un año después de su implementación.

Ventajas

Para las empresas:

. Mayor productividad y capacidad de innovación, especialmente en actividades que requieren de una mayor concentración y que no necesitan interacción personal entre los empleados, señala Javier Blasco.

. Ahorro de costes en instalaciones. Muchas empresas han reducido sus espacios y logística. Incluso, algunas han prescindido de ubicación física, apunta Marta Romo.

. Más capacidad para atraer talento ubicado en otras localizaciones geográficas.

Para los trabajadores:

. Facilita conciliar vida profesional y familiar

. Ahorro de tiempo y costes de desplazamiento, lo que se traduce en menos accidentes in itinere y menos estrés. Las empresas también se benefician de esos menores costes que, además, ayudan a reducir la contaminación

. Flexibilidad para elegir el mejor entorno de trabajo

. Aumenta su productividad y motivación. Todas las anteriores pueden redundar en un mayor rendimiento.

Desventajas

Para las empresas:

. Dificultad para fomentar el trabajo colaborativo. La transversalidad y comunicación entre las distintas áreas o departamentos es menor al no tener oportunidad de verse en espacios comunes de trabajo, destaca Marta Romo.

. La inseguridad jurídica que afecta todavía a temas como la prevención de riesgos laborales, la planificación de costes inherentes al teletrabajo o los mayores riesgos de ciberseguridad, apunta Blasco.

Para los trabajadores:

. Riesgos laborales no gestionados adecuadamente, como tecnoestrés, aislamiento social, ausencia de barreras entre la vida laboral y familiar, o fatiga física o visual.

. Posible prolongación de la jornada laboral.

. Sobrecostes no retribuidos por falta de cobertura en la negociación colectiva (internet, luz, agua, equipos tecnológicos, etc.).