“Creo que a todos les encantaría conocer a alguien en un bar o en una tienda, pero hoy día la mejor forma de conocer a alguien es a través de una aplicación de citas”. Así comienza la noruega Cecilie Schrøder Fjellhøy el nuevo documental de Netflix ‘El Timador de Tinder’, donde relata, junto a otras mujeres, como uno de sus matches las estafó económicamente.

Pero ella no es la única víctima de las aplicaciones de citas. Solo en 2020, las pérdidas reportadas por estafas románticas alcanzaron un récord de más de 304 millones de dólares (251 millones de euros), según la Comisión Federal de Comercio estadounidense (FTC).

A esta práctica habitual de crearse un perfil falso para hacerse pasar por otra persona se le denomina catfishing, que proviene de traducción inglesa de ‘siluro’ (catfish). Se popularizó gracias al programa estadounidense homónimo, que se encargaba de desenmascarar a las personas que se encontraban detrás de las cuentas fraudulentas.

Una investigación conjunta de la Florida State University y de la California State University concluyó en 2020 que las mujeres son más propensas (77 %) a ser objetivos de los estafadores, y los hombres a perpetrar esta metodología de decepción amorosa en línea (38%).

El estafador de Tinder

Pero…¿qué lleva a una persona a hacerse pasar por alguien que no existe? ¿por qué alguien es capaz de inventarse una nueva identidad con el objetivo de engañarnos?

Una de las autoras del informe mencionado anteriormente, la doctora Kelly Campbell, explica en el blog de la app de citas Bumble que existen muchos factores: soledad, venganza, problemas de autoestima o incluso adicción al sexo. Precisamente, el 54 % de usuarios de esta plataforma cree que alguno de los perfiles con los que ha sido emparejado tenía información falsa en su perfil.

El israelí Simon Leviev es conocido popularmente como “El Estafador de Tinder” por sus ardides a mujeres en esta conocida aplicación de citas. Su identidad salió a la luz gracias a la noruega Schrøder Fjellhøy, que reportó su caso al periódicoVG, y posteriormente se hizo viral a nivel mundial hasta convertirse en una película documental.

Leviev se hacía pasar por el hijo de un magnate de la industria del diamante y contactaba con sus víctimas a través de Tinder en diferentes países. Les invitaba a tener una cita a todo lujo, les montaba en su jet privado y, a través de mensajes, se ganaba su confianza y su amor hasta que les pedía dinero.

Alegaba que estaba siendo perseguido por gente peligrosa, enviaba unas fotografías en las que aparecían heridos, y les decía por seguridad no podía utilizar sus tarjetas de crédito, pero que se lo devolvería. Eso sí, el cheque siempre era falso y el cobro nunca se producía.

Aunque su personaje era falso, Leviev era de carne y hueso y sigue en libertad y presumiendo de sus lujos en Instagram.

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Sin embargo, la cineasta francesa Yzabel Dzisky se dejó seducir por un deepfake, según relata a BBC. Las videollamadas con su match, un supuesto cirujano turco, parecían muy reales e incluso aparecía información en la red sobre él.

Durante un supuesto viaje a Shanghai, el estafador le pidió a Dzisky una transferencia de 3.000 euros para comprar equipación médica. Ahí fue cuando comenzó a sospechar y lo confrontó hasta descubrir que el cirujano era en realidad un hacker de 20 años que actuaba desde Nigeria.

“Algunos catfishes han sido acosados previamente por sus víctimas y quieren vengarse de ellas. Otros, quieren probar la fidelidad de sus parejas y se crean perfiles falsos como cebo”, añade Campbell.

Según la empresa de ciberseguridad Norton, las señales de alarma de una estafa amorosa en línea son:

Dicen que están lejos

Los farsantes se suelen hacer pasar por alguien que se encuentra en el extranjero o lo suficientemente lejos de tu ubicación para tener una excusa por la cual no poder reunirse en persona.

Parece demasiado bueno para ser verdad

Normalmente, los perfiles reales tienen fotografías de la persona en diferentes situaciones, están verificados por la plataforma e incluso pueden incluir enlaces a sus cuentas de otras redes sociales.

Sin embargo, los perfiles falsos pueden omitir detalles, carecer de verificación y las fotografías parecen demasiado sospechosas para ser alguien común. Aplicaciones como Photo Sherlock pueden ayudarte a confirmar tus pesquisas comparando las fotos en diferentes buscadores de internet.

La relación avanza rápido

Los catfishers quieren actuar rápido y ganarse la confianza de sus víctimas antes de que los cacen. Por este motivo te confiesan su amor muy rápido, ponen excusas para chatear por vídeo o buscan salir de la aplicación de citas para moverse a otra plataforma y obtener más datos personales sobre ti.

Dan largas a verte en persona

Muchos de los estafadores prometen visitarte e incluso pueden llegar a pedirte que les pagues el viaje, pero cancelarán en el último momento bajo una excusa, porque deben mantener su identidad en secreto.

Dicen que necesitan dinero bajo métodos específicos

Sospecha si tu match te pide dinero sin ni siquiera haberlo conocido todavía. Otra alternativa es que te usen como “mula” de su dinero y que te pidan que deposites cantidades económicas a terceras personas.

Además, hay que tener cuidado si se requieren métodos de envío específicos para obtener efectivo sin perder el anonimato: tales como transferencias bancarias internacionales, tarjetas de regalo o cuentas bancarias a tu nombre. De negarte, podrán chantajearte emocionalmente y que su tono sea desesperado y agresivo.