A ratos no somos conscientes de que la realidad –y la historia– es de colores. Vale que todo tenga que ver con la luz y la longitud de onda para que veamos las cosas de un color u otro, pero en nuestro subconsciente tenemos grabado que la humanidad se movía en blanco y negro antes de los años 30 del siglo XX. Así nos lo ha enseñado el cine y la televisión. ¿Se imaginan poder ver en color Metrópolis, la película de ciencia ficción de Fritz Lang de 1927, o las escenas de suspense de Psicosis, del maestro Alfred Hitchcock? Ahora es posible gracias a la inteligencia artificial (IA). Estos días de retiro domiciliario, obligado por la acción letal del coronavirus, puede ser un buen momento para incorporar el color a la memoria histórica que las grabaciones antiguas nos han ido implantando en el cerebro.

En internet podemos encontrar cada vez más vídeos restaurados con técnicas de inteligencia artificial para otorgarles color. Escenas de la vida cotidiana de hace más de un siglo, y que siempre hemos visto en blanco y negro, reviven de manera espectacular con un colereado y adaptación a resoluciones 4K, la tecnología de alta definición más avanzada. Desde la llegada del tren a la estación rodada por los Hermanos Lumière (1896) hasta el paseo lunar de la nave Apollo 16 (1972), tenemos la inmensa suerte de viajar en el tiempo.

Sistemas de aprendizaje automático para ampliar imágenes sin perder detalle, herramientas para generar fotogramas interpolados (y pasar de 24 fotogramas por segundo a 60) y mejorar la definición o redes neuronales para colorear los vídeos. ¿Y a quién debemos el milagro? Destaca el programador ruso Denis Shiryaev, creador de un algoritmo para poder escalar los vídeos de grabaciones antiguas y darles apariencia de nitidez actual. Después de eliminar el ruido típico de las cintas de hace un siglo, Shiryaev ha utilizado las redes neuronales desarrolladas por Jason Antic, creador del proyecto DeOldify, para darle color. El resultado lo expone en Neural.love. Las redes neuronales son sistemas de programas y estructuras de datos que se aproximan al funcionamiento del cerebro humano.

El coloreado a través de redes neuronales puede ser más arriesgado, incluso más realista que las predicciones que podemos hacer los humanos. Lo que está claro es que cuando ves las imágenes, sus tonos son convincentes. Puede que algunos colores de las prendas de las personas que aparecen en esos vídeos tengan un toque pictórico. No pasa nada, está bien un poco de arte. Si quieres saber más, este reportaje en la publicación especializada Xataka lo explica muy bien. Lo mejor es que las vean por sí mismos. Buen fin de semana y #QuédateEnCasa