Mientras la comunidad científica lucha por encontrar una vacuna contra el coronavirus, fuera de los laboratorios y los centros hospitalarios se libra otra batalla, la del control de la información y la lucha contra las noticias falsas.

La Organización Mundial de la Salud ha lanzado una campaña contra la proliferación de bulos y medias verdades surgidos en torno al brote de coronavirus que mantiene en cuarentena a millones de personas en China y se ha propagado por varios países del mundo.

Al mismo tiempo, tras unos días de libertad informativa, Pekín, que ha sufrido enormes críticas por su gestión de la crisis, ha puesto en marcha su propaganda y ha estrechado el cerco de la censura, especialmente en Internet, para controlar cualquier dato acerca del coronavirus.

La OMS ha pedido cautela ante la histeria colectiva que está causando el coronavirus y que da lugar a una larga serie de noticias falsas que inundan las redes sociales.

El brote del 2019-nCoV viene acompañado de lo que el organismo ha llamado ‘informademia’, “una sobreabundancia de información a veces precisa y a veces no que hace difícil que la gente encuentre fuentes fiables y seguras cuando las necesita”.

La OMS ha explicado que lleva días trabajando insistentemente en identificar los rumores más difundidos que pueden perjudicar la salud de la población, “como medidas de prevención falsas”. La organización trata de desmontarlos a través de mensajes que difunde en redes sociales, como el que se puede ver a continuación.

Uno de los desmentidos de la OMS difundidos en Twitter.
Uno de los desmentidos de la OMS difundidos en Twitter. | OMS

Y mientras tanto, según leíamos en El País, el Gobierno chino ha decidido poner fin a la transparencia que había impuesto en las últimas semanas a la información sobre el coronavirus. La corresponsal del diario cuenta que el régimen ha cortado las alas a las críticas vertidas por la gestión de la crisis, a la denuncia de irregularidades y precariedad en los hospitales y a las informaciones sobre hasta qué punto se ocultó información en la provincia al comienzo de la crisis.

El Gobierno chino ha ordenado “fortalecer el control de los medios e Internet”. Ganar al virus es una cuestión vital para el régimen que, acostumbrado a la censura, no va a permitir que los medios de comunicación y las redes campen a sus anchas.

Además, según la información de El País, el Departamento Central de Propaganda ha enviado ya a más de 300 periodistas a Hubei, la provincia en la que se inició el brote, para que hagan una "cobertura en la línea de frente".