Se llaman AirTags, son de Apple y se utilizan para localizar objetos que siempre perdemos, como las llaves o la cartera. Son dispositivos muy pequeños (tienen un tamaño un poco mayor que el de una moneda de euro), pero pueden hacer mucho daño.

Durante la pasada Navidad, los AirTags (35,00 €) se convirtieron en uno de los regalos estrella. Pero es ahora cuando están empezando a salir a la luz los peligros de este dispositivo, a pesar de que Apple está trabajando en aumentar su seguridad.

La utilización del AirTag es muy sencilla. Cuando se saca de la caja, si está cerca de un iPhone, aparece una pantalla de configuración. Solo hay que asignarle un nombre: el del objeto que se quiera tener localizado, y vincularlo a una cuenta iCloud y a un teléfono móvil. En ese instante todo empieza a funcionar con la aplicación “Buscar”.

En la app, además de los dispositivos conectados, aparecerán los objetos que se quieren encontrar y a los que previamente habremos puesto nombre: “bolso”, “cartera”, “mochila”, “llavero”… Tantos como AirTags tengamos. Colocaremos el dispositivo dentro del objeto que queramos tener siempre localizado o bien pegado a él.

Sin embargo, muchos ya han aprendido a darle otros usos con otra finalidad que también es la de buscar, pero buscar lo ajeno. Desde que se pusieron a la venta estos dispositivos, el pasado mes de abril, ha habido muchas denuncias sobre su uso inapropiado.

La modelo de 26 años Brooks Nader, portada de la revista Sports Illustrated, compartió con sus seguidores de Instagram hace unas semanas lo que le acababa de ocurrir: un acosador le había colocado en el bolsillo de su abrigo un AirTag mientras caminaba por la calle para tenerla localizada.

Afortunadamente, su teléfono le mostró un aviso en la pantalla, pero cuando la modelo se dio cuenta ya habían pasado cinco horas desde que alguien la estaba siguiendo.

“AirTag detectado cerca de ti” es la frase que aparece en la pantalla de la persona que está siendo espiada si es que lleva uno de estos dispositivos consigo sin saberlo. En los últimos meses, muchas personas han denunciado su uso irregulara través de redes sociales. Son individuos que han recibido una notificación de que había un AirTag cerca de ellos.

Algunas denunciaron también que un aviso en la pantalla de su móvil les había alertado de que había un dispositivo en su coche. Hubo casos en los que las mujeres espiadas tardaron horas en encontrarlo, y es que los delincuentes lo usan para detectar los movimientos de los vehículos y saber en qué momento están estacionados para poder robarlos, por eso los colocan en los sitios más seguros -y recónditos-.

El periódico The New York Times habló recientemente con siete mujeres que creen haber sido rastreadas con AirTags, incluyendo una joven de 17 años cuya madre había escondido uno en su coche para estar al tanto de su situación en todo momento.

También algunas autoridades han empezado a examinar más de cerca la amenaza que suponen los AirTags. El Departamento de Policía de West Seneca, en Nueva York ya ha advertido a los ciudadanos del potencial peligro de los AirTags después de localizar uno en el parachoques de un coche.

Por su parte, Apple ha añadido opciones de seguridad para intentar evitar estos peligros: los AirTag suenan cuando llevan demasiado tiempo alejados de sus usuarios, el iPhone muestra una notificación si encuentra un AirTag junto a nosotros que no es nuestro y hasta Apple ha lanzado una app para Android que puede localizar AirTags.