Un hombre fue condenado en Lugo en octubre de 2021 por mandar fotos de sus genitales, frases obscenas y perseguir a una chica. Entre los meses de enero a mayo del año 2018 comenzó a hacer hostigamientos y requerimientos constantes a la víctima con la finalidad de iniciar una relación sentimental o sexual con ella. No solo la perseguía y le bloqueaba la puerta de su coche para que esta pudiera entrar. También la llamaba por teléfono y le enviaba mensajes por Whatsapp, “siendo alguno de ellos de explícito contenido sexual y llegando a mostrarle en imágenes sus genitales", como explicaba la sentencia.

Lo de enviar imágenes sexuales no requeridas a una persona a través de Whatsapp, Airdropp, de Bluethooth en cualquiera de sus formas o una red social es una práctica sorprendentemente habitual que sufren muchas mujeres. Alguien, de repente, interrumpe su tranquilidad para mandarle una fotografía obscena si haberla requerido. En muchos casos, el remitente ni siquiera es una persona conocida.

A esta práctica se le llama ciberflashing (envío de imágenes o vídeos sexuales no consentido) y el Reino Unido ha aprobado una propuesta de ley que lo condena. Así que cuidado con los envíos que nadie ha solicitado porque, si la norma se hace efectiva también en España en un futuro tal vez no muy lejano sería posible acabar entre rejas por enviar una foto de contenido sexual explícito a una persona que no la ha pedido. De hecho, el hombre detenido en Lugo podría haber sido condenado tan solo por enviar fotos de sus genitales si la norma hubiera estado vigente en España.

Un estudio del periódico británico TES Magazine, calculaba en 2020 que el 75,8% de las niñas entre 12 y 18 años habían recibido imágenes de desnudos de niños u hombres no solicitadas. A estos datos se suma un artículo de The Guardian que aseguraba que una quinta parte de las mujeres y niñas de Reino Unido sufrieron este tipo de microagresión sexual en línea.

El nuevo delito garantizará que el derecho penal recoja claramente el ciberengaño en el Reino Unido, dando a la policía y a la Fiscalía una mayor capacidad para llevar a los autores ante la justicia. El Gobierno está decidido a proteger a las personas, especialmente a las mujeres y niñas, de este tipo de acoso. Cualquiera que envíe una foto o un vídeo de los genitales de una persona, con el propósito de su propia gratificación sexual o para causar la humillación, la alarma o la angustia de la víctima, puede enfrentar hasta dos años de prisión.

La tecnología tiene el poder de unir a la gente y mejorar nuestras vidas, pero también puede permitir el comportamiento atroz de quienes desean abusar, dañar y acosar. El ciberacoso puede causar una profunda angustia a las víctimas.

Según la encuesta realizada por Save the Children en 2019 a 400 jóvenes de toda España, más de las tres cuartas partes de los encuestados habían sufrido violencia online durante su infancia. El 47 %, incluso más de un tipo.

Los tipos más habituales en España fueron el ciberacoso, con un 40 %, una práctica que sufrieron por primera vez entre los 8 y los 9 años, y que afecta en mayor medida a las niñas que a los niños. Mientras la mayoría fue por parte de un amigo o compañero del colegio, en casi el 16 % de los casos se trató de una persona desconocida.

Además, el sexting sin consentimiento afectó al 3,74% de los encuestados en alguna ocasión, algunos de ellos en más de 6 ocasiones. Algo que sucedió entorno a sus 14 años, principalmente por parte del niño o niña con la que salían.

No todas las formas de acoso sexual se denuncian a la policía. Tal vez si la ley castigara a las personas que cometen este tipo de acoso, el cyberflashing también se desvelaría en España como una de las formas de hostigamiento más vejatorias que tienen que sufrir miles de mujeres a diario. No obstante, no está de más recordar que el derecho a la privacidad sexual está recogido dentro de los derechos sexuales y reproductivos y que estos son, a su vez, derechos humanos universales.