En España se intensifican las medidas para frenar la pandemia del coronavirus y no llegar a los índices de Italia. El gobierno ha paralizado las clases en centros de enseñanza de todos los niveles educativos en diferentes puntos de España, y a los inconvenientes familiares de a cargo de quién dejar a los menores que requieren un cuidador, se suma la inquietud de cómo recuperar las clases perdidas.

Las redes sociales se están cebando con FakeNews. Circulan bulos anunciando que la Comunidad de Madrid recuperará las clases en julio, o que la Xunta de Galicia ha cerrado los próximos quince días los centros educativos. Ambos son fotomontajes.

La enseñanza on line, a través de internet, es la fórmula que se plantean en muchos centros. Las aulas virtuales paliarían este problema, pero ¿están los hogares de los estudiantes preparados para recibir clases por internet?

Algunos centros educativos ven imposible utilizar plataformas virtuales porque no todos los alumnos tienen acceso a internet, ni tan siquiera a un ordenador, y los docentes han aprovechado las últimas horas lectivas para preparar tareas que deben ir realizando día a día mientras dure la cuarentena.

En la universidad la situación es diferente. Carlos Rodriguez, estudiante de Derecho, afirma que en el ámbito universitario del 2020 todos tienen ordenador e internet y están acostumbrados al campus virtual y a hacer cursos online. “En general, no vamos presencialmente a clases para aprender a tocar la guitarra o inglés, el ordenador es nuestro profesor particular de cualquier materia”.

Los universitarios no están preocupados por la suspensión de las clases. Es una comunidad habituada a utilizar plataformas educativas como Moodle, con presencia en un gran número de universidades, en la que docentes ofrecen cursos con un nivel participativo de alumnos muy alta. Carlos considera fundamental este tipo de plataformas, es usuario habitual de la desarrollada por la Universidad de Granada, OpenSWAD, para completar su aprendizaje en las aulas: “Te abren la mente”.

Actualmente las plataformas educativas están planteadas más como un complemento a la educación presencial que como un sistema educativo sustitutivo, pero son una herramienta más para la comunicación entre profesores y alumnos en días de crisis de salud pública como los que ahora vive la comunidad de estudiantes.