Las conspiranoicos se fijan en las tecnologías. El cantante Miguel Bosé no es el único que se ha abonado a la teoría de que la tecnología 5G y Bill Gates están, de alguna manera, detrás de la pandemia de coronavirus. Por ejemplo, el político nigeriano Femi Fani Kayode, con casi un millón de seguidores en Twitter, comparte noticias falsas sobre la telefonía de quinta generación. Otro gran seguidor de esta conspiranoia es el ex jugador de fútbol británico David Icke, con 300.000 fans en la red social del pajarito azul, quien no solo sospecha del 5G, sino que es uno de los convencidos de que el planeta está bajo control extraterrestre. Por no hablar del escritor norteamericano Jeremy Stone, promotor de la idea de que existe un Estado oculto que maquina contra Donald Trump y de la relación entre tecnología y virus. En este curioso listado, al que hay que añadir activistas antivacunas, militantes ultraderechistas o algunas revistas sobre estilo de vida orgánica, se ha unido ahora el cantante español, residente en México, con más de 3 millones de seguidores en Twitter. El pasado 9 de junio publicó un tuit con los mismos argumentos de estos conspiranoicos y asegurando que el 5G forma parte de una operación de dominio global. Los expertos en detectar bulos los llaman superdifusores de desinformación.

La tecnología 5G, que promete un mundo hiperconectado, es la última generación de redes móviles conocida y permitirá navegar diez veces más rápido que con la fibra óptica, haciendo realidad la conexión entre todos los dispositivos, el internet de la cosas (IoT). Acerca de sus efectos sobre la salud, todavía no hay investigaciones concluyentes al estar en la primera fase de su implementación. Desde que el ser humano utiliza los campos electromagnéticos y tecnologías inalámbricas, autoridades sanitarias y científicas intentan desenmarañar sus posibles consecuencias adversas para la salud. La OMS, que situó el potencial cancerígeno del 5G al nivel del café, los pepinillos o el aloe vera, tendrá preparado para el año 2022 un informe sobre sus riesgos, el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud sostiene que podemos estar tranquilos y, en cambio, la Universidad RWTH de Aache (Alemania) ha recopilado decenas de estudios sobre los efectos que tiene esta tecnología en la salud.

A pesar de que no conocemos a ciencia cierta cómo afectará el uso de esta nueva red de comunicación, hay dos certezas: China y EE. UU. pugnan en una batalla tecnológica sin parangón para ver quién llega antes en la expansión del 5G y hay tantos bulos sobre este innovación tecnológica como teorías sobre el asesinato de Kennedy. De hecho, la más comentada desde el comienzo de la emergencia sanitaria por la COVID-19 asegura que las ondas del 5G habrían debilitado la salud de los ciudadanos de Wuhan, la ciudad china donde se instaló esta tecnología móvil a principios de 2020 y donde se detectaron los primeros casos de coronavirus. De nada ha servido que otras 16 ciudades chinas tuviesen también implantada el 5G o que el SARS-CoV-2 estuviese haciendo de las suyas antes 2020, concretamente en verano del 2019.

Distintas plataformas, asociaciones de periodistas y herramientas tecnológicas para el control de la desinformación han detectado, en España y fuera, cientos de bulos que relacionan coronavirus y 5G. Aquí os contamos alguna de las conspiranoias más curiosas recopiladas por Maldita.es y por AFP Factual, la división de la agencia France Presse dedicada a la verificación de la información sobre el coronavirus:

El salto cuántico está detrás.

Un supuesto doctor, Thomas Cowan, se ha hecho famoso por un vídeo donde asegura que el coronavirus está causado por el 5G, el último gran salto ‘cuántico’ en la electrificación de la Tierra. Cowan pone el ejemplo de la gripe de 1918 y la relaciona con la introducción de las ondas de radio un año antes. Lo que se olvidó de contar este pseudocientífico –acusado en 2017 de administrar un medicamento no aprobado a una paciente de cáncer de mama a la que ni siquiera vio en persona– es que las primeras emisoras de radio no empezaron a emitir hasta 1920. Por no hablar de que antes de 1918 hubo otras grandes epidemias y poca electrificación del planeta. Tampoco es cierto, como argumenta, que Wuhan esté en el origen del virus por ser la primera ciudad donde se instaló el 5G ya que en octubre de 2019 había varias urbes chinas cubiertas con esta tecnología.

El técnico y la placa marcada.

La extensión de bulos tiene en el soporte vídeo un gran aliado. Un supuesto técnico de torres de redes 5G muestra a cámara una placa del circuito de la red inalámbrica con la inscripción ‘COV-19’. Desde mediados de mayo, se ha visionado miles de veces. Al final, la compañía que distribuye esas placas ha asegurado que ese material corresponde a un antiguo componente de televisión por satélite y nunca llevo inscrita esas letras. No se ha podido confirmar si el técnico, con casco y mascarilla, es en realidad un ingeniero de telecomunicaciones o no.

Flamencos muertos.

En una foto miles de veces compartida aparecen decenas de flamencos muertos sobre la tierra. Los propagadores de bulos aseguran que estos y otros pájaros fallecen debido a pruebas que se están haciendo con antenas de tecnología 5G. La verificación periodística ha comprobado que las aves rosas son de plástico y que la foto fue tomada en 2005 en Austin (Texas). El tema de los pájaros es muy recurrente. ‘Barcelona. Los pájaros se caen como piedras del cielo. La red 5G es la culpable’, es el mensaje que acompaña al último vídeo que apoya esta conspiranoia. El ayuntamiento de Barcelona descartó la relación de estas muertes con redes inalámbricas y lo atribuyó a un envenenamiento alimentario.

Antenas escondidas en cactus.

En mayo comenzó a circular en redes sociales una imagen de unos cactus gigantes prefabricados como carcasas para ocultar antenas de telefonía. Los difusores se preguntaban ‘¿Por qué esconden las antenas de 5G?’. La imagen pertenece a una torre de telecomunicaciones tomada en 2009 en Arizona, una década antes de que llegase el 5G. El problema principal es que son fotos cuya autoría es fácilmente localizable, pero el poder de los bulos es tremendo.

La plataforma Levanta la cabeza, en colaboración con Newtral Educación, ha puesto en marcha el curso 'Sin verificar, no compartas. Verdades y mentiras a través de la red' que tiene como objetivo que cualquier ciudadano esté preparado para detectar fake news y no viralizar noticias falsas.