Queremos saber cuándo, dónde y cómo. Y nos preguntamos por el porqué. Escuchamos a científicos, expertos, políticos y tertulianos. Buscamos el origen y los motivos de la pandemia que nos ha cambiado la vida, pero entre el océano de información y la sobreabundancia de datos, hay un maremoto de bulos que puede incentivar la ansiedad o aumentar la incertidumbre y el agobio ante esta situación de confinamiento. Algunos de los bulos más extendidos tienen que ver con la tecnología. Desde que el coronavirus llegó a España, en los muros de nuestros perfiles de redes sociales han aparecido diferentes teorías conspiranoicas sobre el origen de la COVID-19.

La culpa es de la tecnología

Estamos confinados por el la tecnología 5G. Las redes de quinta generación llegaron a nuestras vidas a principios de este año para aumentar hasta 10 veces la velocidad de conexión a Internet. Por eso, no nos tiene que extrañar si en los últimos días nos han llegado mensajes como este: “No actualices tu dispositivo” o “no te conectes a una red 5G”. Hay personas que opinan que podría ser peligrosa para la salud humana por sus efectos adversos sobre la salud. Y ante esta preocupación, han decidido viralizarlo en las redes sociales para que el mensaje llegue a más gente.

Los defensores de esta teoría se escudan en que la primera ciudad en instalar 5G a principios de 2020 estaba en China y se llama Wuhan (China). Las ondas de esta red habrían debilitado la salud de los ciudadanos, permitiendo el contagio masivo y letal del coronavirus. No hay pruebas científicas de que esto pudiese haber ocurrido. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación de Cáncer (IARC) hablan de evidencias, que no llegan a ser concluyentes, de que la exposición a radiaciones de las señales móviles puede ser carcinógena. De ahí a que el coronavirus sea consecuencia del 5G hay un enorme trecho. Por ejemplo, la red 5G está en la misma clasificación de riesgo cancerígeno que los vegetales en escabeche o la utilización de talco, y por debajo de las bebidas alcohólicas y la carne procesada. Sin embargo, los partidarios de esta teoría están convencidos de que el 5G debilitó el sistema defensivo de los habitantes de Wuhan. Solo faltaba un virus desconocido para provocar la pandemia.

La suposición extendida a través de las redes sociales se ha desmentido: en otras 16 ciudades chinas, además de Wuhan, se implantó la tecnología 5G en su fase beta, según la información de varios medios asiáticos recogidos por el portal FullFact, y la expansión del virus no ocurrió.

¿Y si el error se produjo en un laboratorio científico?

La aparición de un virus desconocido siempre conduce a un laboratorio. Por lo menos en las películas. Pasó con el VIH o el ébola. Una de las teorías que ha emergido en las redes sociales con más fuerza es que el coronavirus ha sido creado y manipulado por seres humanos como plan para exterminar a parte de la humanidad. Un arma biológica en toda regla que se habría creado en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan, una instalación que tiene el máximo nivel de seguridad en el ámbito biológico. Las conspiraciones hablan de una fuga voluntaria, o involuntaria, desde ese laboratorio. Los de mentes más retorcidas afirman que el escritor Dean R. Koontz fue un vidente al publicar su novela Los ojos de la oscuridad en 1981. En sus páginas la tragedia llegaba a la tierra en el año 2020 a través de un arma biológica procedente de China.

Un “polvo inteligente” expandido por el ambiente

Otra de las suposiciones con cierto éxito acusa al presidente de EE.UU., Donald Trump, de orquestar toda esta situación para debilitar y dañar el poder de China como nación y potencia mundial. Pero sin duda, la estrella de las teorías conspiranoicas habla de un polvo mágico que vierten aviones al surcar la atmósfera, rociando a la población con agentes químicos que merman su salud.

Cuidado con los ‘influencers’, contrasta informaciones

Guíate siempre por la información facilitada por fuentes oficiales y no te dejes llevar por consejos sin evidencia científica. A lo largo de estas últimas semanas hemos visto como parte del sector ‘influencer’ sube contenido para entretener a su audiencia en esta cuarentena. El Ministerio de Sanidad ha llegado a contactar con alguno de ellos, como es el caso de Dulceida, para que sus mensajes conciencien a la población. Pero también hay otras muchas personas del sector que lanzan recomendaciones a sus numerosos seguidores sobre métodos para evitar contraer la enfermedad que no poseen evidencia científica alguna: bebe agua caliente, fuma marihuana, tu mente puede controlar las células infectadas… No pierdas el tiempo con estas falsas sugerencias.

Al igual que WhatsApp se puso manos a la obra para poner fin al coronavirus, ten cuidado al descargar aplicaciones durante el confinamiento, infórmate de fuentes oficiales, y utiliza de forma responsable la Red: teletrabaja tomando las medidas de seguridad oportunas.