Hacemos la compra, cumplimentamos una solicitud, creamos perfiles en redes sociales, buscamos información, reservamos nuestras vacaciones, organizamos nuestro año y contestamos correos electrónicos. Con cada pequeño o gran paso que damos en internet se registra una especie de imagen que refleja la actividad del usuario que está conectado. A un solo clic tenemos a nuestra disposición miles de datos sin límites. La tecnología forma parte de nuestro día a día desde hace ya unos cuantos años: en el móvil, el ordenador, la tableta, la televisión y ahora también tenemos robots que limpian la casa, nuestra nevera nos comunica los alimentos que debemos hacer en la próxima compra o el asistente virtual nos informa de la agenda del día. Todo va dejando una huella digital que nos define y registra cada actividad en internet. Datos, datos y más datos que reflejan nuestra identidad, nuestras preocupaciones, nuestras aficiones, nuestra forma de ser. Este registro de información, que en un principio no tiene por qué ser negativo, puede dar lugar a fraudes si cae en malas manos y convertirse así en un objetivo claro de los ciberdelincuentes.

La huella digital se utiliza de formas muy diversas. Nuestra actividad en internet deja pistas sobre las preferencias en los comercios online, es una herramienta de marketing que se adecúa a las búsquedas y por eso es muy probable que cuando accedes a un contenido específico, te salga publicidad y anuncios sobre esa temática en las siguientes semanas. La huella digital crea grandes bolsas de datos, lo conocido como Big Data. Y gracias a ello, empresas y comercios identifican intereses y conocen las tendencias del gran público.

En internet, conviene estar ojo avizor a lo que tienes en la pantalla. Cada vez es más importante cuidar nuestra privacidad y hay que prestar atención para no ceder nuestros datos más personales a negocios o páginas web que susciten sospechas. María Lázaro Ávila, especialista en social media, comentaba hace unas semanas en una entrevista exclusiva para Levanta La Cabeza que “la huella digital es la nueva hipoteca de los más jóvenes”, y hablaba de los riesgos que acarreará la huella digital temprana. “Es la “nueva hipoteca” de los más jóvenes porque es algo que les acompañará toda su vida y que empiezan a crear cuando aún no son conscientes de ello. Lo que hoy publican y comparten queda archivado online año tras año, y son muchos años, muchas fotos, muchos vídeos, muchos mensajes. No importa que sean perfiles privados, ni que tengan pocos seguidores. Cualquier contenido se puede hacer viral y llegar adonde ni siquiera te imaginas. Y después de la niñez y la adolescencia, llega la juventud y la búsqueda de empleo. Aquí es donde muchos empiezan realmente a darse cuenta de las consecuencias que tiene esa huella digital”.

¿Qué pasaría si creáramos una persona a partir de los datos obtenidos en sus dispositivos? Bajo esta premisa se desarrolla el estudio “Yo y mi otro yo” que ha publicado con este vídeo resumen la marca Ballantine’s. En este experimento social la agencia de publicidad SLAP Global junto a Graphext, un algoritmo de Inteligencia Artificial, crean un avatar holográfico gracias a los datos existentes en todas las redes sociales y plataformas en internet que utilizan cada uno de los usuarios protagonistas. A través de este experimento podemos observar la disonancia que existe entre quien creo que soy en privado y lo que reflejo en el mundo online.

¿Cómo controlar tu rastro en internet?

La Oficina de Seguridad del Internauta ha publicado una serie de pautas para disminuir el rastro que dejamos en nuestras navegaciones. Cada vez que hacemos clic, conformamos una huella digital que puede ser rastreada. Podemos minimizar el rastro si:

  • Vigilamos lo que publicamos en los perfiles de nuestras redes sociales.
  • Nos fijamos que las páginas webs donde navegamos son seguras y tienen certificado digital donde nuestros datos estén cifrados.
  • Utiliza de forma más frecuente el modo incógnito de tu navegador. De esta forma no se almacena información ni se guardan contraseñas.
  • Elimina de vez en cuando la información de caché, el historial de búsqueda y las cookies.
  • Aumenta la privacidad de determinados ciberataques con un VPN.
  • Desactiva la ubicación en tus dispositivos y asegúrate que no esté activada en opciones avanzadas.